Cinco estudiantes lograron medallas en la Olimpíada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica

La ciencia argentina volvió a brillar en el escenario internacional. La semana pasada, en Río de Janeiro, se llevó a cabo la XVII edición de la Olimpíada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica (OLAA), uno de los certámenes más importantes de la región que convoca a jóvenes talentos para poner a prueba sus conocimientos sobre el universo y los desafíos del futuro espacial. Allí, la delegación argentina vivió un hecho histórico: los cinco estudiantes que representaron al país regresaron con medallas.

Este resultado, inédito por su contundencia, es motivo de orgullo para toda la comunidad científica y educativa, ya que demuestra el potencial de las nuevas generaciones para proyectar un futuro en el que Argentina siga siendo protagonista en materia de ciencia y tecnología.

Los reconocimientos alcanzados:

 Medalla de Oro: Tomás Nieponice (Colegio Nacional de Buenos Aires).
 Medallas de Plata: Macarena Weyersberg y Marcelo Cárdenas (Colegio Nacional de Buenos Aires).
 Medallas de Bronce: Avril Guzmán (Instituto Politécnico Superior “Gral. San Martín” – Rosario, Santa Fe) y Sofía Habu (Colegio Nacional de Buenos Aires).

Con estos resultados, Argentina se posicionó entre las delegaciones más destacadas de la competencia, que contó con la participación de estudiantes de más de diez países de América Latina.

Una competencia exigente

La OLAA no es una olimpíada tradicional. Cada edición se caracteriza por evaluar no solo el dominio teórico, sino también la capacidad de observación, el pensamiento crítico, el razonamiento lógico y el trabajo en equipo en entornos multiculturales.

Durante una semana intensa, las y los estudiantes se enfrentaron a:
 Pruebas teóricas individuales y grupales, centradas en astronomía de posición, astrofísica y mecánica orbital.
 Pruebas prácticas de observación, que exigieron reconocer constelaciones, calcular posiciones de objetos celestes y analizar fenómenos astronómicos reales.
 Desafíos grupales de cohetería y proyectos astronáuticos, en los que jóvenes de diferentes países debieron diseñar y planificar misiones conjuntas, combinando física, ingeniería y creatividad.

Este enfoque busca reproducir la dinámica del trabajo científico real: interdisciplinaria, rigurosa y colaborativa, más cercana a los desafíos que enfrentan los equipos de investigación que a una competencia escolar.

El camino hacia Río: entrenamiento y acompañamiento

El logro argentino es también el resultado de un trabajo pedagógico colectivo. Los cinco estudiantes atravesaron un proceso de preparación exigente con jornadas de clases y prácticas a cargo de especialistas del Observatorio Astronómico de Córdoba (OAC) (la Dra. Mónica Oddone, el Lic. Román Vena Valdarenas y el Dr. Martín Leiva), junto con el apoyo del Planetario “Galileo Galilei” de Buenos Aires y el Planetario Municipal de Rosario “Luis Cándido Carballo”.

Estos espacios de formación acercaron a las y los jóvenes tanto a los conocimientos técnicos necesarios como a la experiencia de trabajar junto a profesionales dedicados a la investigación y la divulgación científica. Además, los docentes del OAC acompañaron a la delegación en Río de Janeiro: Martín Leiva, Román Vena Valdarenas y Pablo López fueron parte fundamental del proceso de competencia y contención de los estudiantes.

Vocaciones que se encienden mirando al cielo

El trabajo de docentes, investigadores y tutores es clave para despertar vocaciones científicas y abrir caminos hacia futuras carreras en astronomía, física, ingeniería y ciencias espaciales. Cada edición de la OLAA se convierte en un semillero de nuevas experiencias, amistades y proyectos compartidos entre jóvenes de distintos países, que encuentran en la ciencia un idioma común para imaginar el futuro.

Desde su creación en 2009, la OLAA busca fomentar el interés por la astronomía y la astronáutica en Latinoamérica, al mismo tiempo que promueve la integración cultural y el intercambio académico entre jóvenes. Más allá de las medallas, la competencia se propone que cada participante regrese a su país con herramientas, habilidades y una red de vínculos internacionales que los acompañe en su vida profesional y personal.

El regreso con cinco medallas refleja el talento individual de cada estudiante, pero sobre todo el valor de un proyecto colectivo que busca potenciar la ciencia desde la educación temprana. La participación argentina en la OLAA no sería posible sin el compromiso de instituciones educativas, observatorios, planetarios y docentes que creen en el poder transformador de la ciencia.

En un contexto en el que la cooperación internacional y la formación científica resultan más necesarias que nunca, esta victoria reafirma que Argentina tiene mucho para aportar en la construcción de una comunidad científica latinoamericana y global.

La historia que escribieron con sus medallas es también un mensaje de esperanza: que el futuro de la ciencia argentina se está gestando hoy en nuestras aulas, observatorios y planetarios, y que, con esfuerzo y acompañamiento, es posible mirar al cielo con ambición, orgullo y compromiso.

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