Papa Francisco: Los cuatro principios para la construcción de un pueblo

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Se cumplen 11 años de la elección de Jorge Bergoglio como máximo pontífice. En Lleca repasamos los cuatro principios fundamentales para la construcción de un pueblo según el papa.

Un 13 de marzo, pero de 2013, el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, fue elegido como máxima autoridad de la Iglesia Católica al suceder a Benedicto XVI. Asumiendo con el nombre de Francisco, en homenaje al santo de Asís, el nuevo papa marcó un punto de inflexión en la historia de la institución eclesiástica.

“Saben que el deber del cónclave es darle un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo casi al fin del mundo”, dijo el primer papa jesuita, latinoamericano y argentino de la historia, en aquella noche romana donde el color blanco del humo tiño la chimenea del Vaticano anunciando la noticia que emocionó a nuestro país y a la comunidad católica internacional, dándole la bienvenida al primer pontífice no europeo después de casi catorce siglos.

El nacido en Buenos Aires un 17 de diciembre de 1936, hijo del empleado del ferrocarril, Mario Bergoglio, y de Regina Sivori, que llevó adelante la educación y crianza de los cinco hijos, se caracterizó por ser el papa de las periferias desde el primer momento, impulsando la cultura del encuentro y  el diálogo visitando diferentes países en todo el mundo, donde incluso, forjó acercamientos históricos con otras creencias como lo hizo con la comunidad islámica.

Francisco se encargó de revitalizar la misión evangelizadora de la Iglesia, y en este sentido, expresó la necesidad de abrir nuevos caminos en la exhortación “Evangelii Gaudium”, su preocupación por la ecología integral en “Laudato Si’”, y su compromiso constante en la lucha por la paz, a la cual llamó a construirla con “cero violencia” y “cien por cien de ternura”. Sin dudas su aporte trasciende la estructura católica, dándole contenido filosófico a su praxis fundada en la misericordia, la caridad, el servicio y el amor al prójimo, estableciendo puentes de esperanza por sobre los muros de la indiferencia y aboga por sociedades con fuertes cimientos en la unidad y en la comunión de objetivos.

Francisco establece los cuatro principios fundamentales para la construcción de un pueblo: “el tiempo es superior al espacio”, “la unidad prevalece sobre el conflicto”, “la realidad es más importante que la idea”, y “el todo es superior a la parte”. Además, el papa reconoce y aconseja estos principios para entender a un país, a una cultura o a la Iglesia.

El tiempo es superior al espacio

Este principio propone trabajar a largo plazo sin depender necesariamente de los resultados inmediatos. La prioridad del tiempo se acentúa en el “iniciar procesos” confiando en que el trabajo sostenido en el tiempo establece los eslabones de una cadena en constante crecimiento.
Trasladado al ámbito social y aplicado a la evangelización, Francisco afirma que “requiere tener presente el horizonte, asumir los procesos posibles y el camino largo”.

La unidad prevalece sobre el conflicto

Francisco busca ser la pieza de unión entre los diferentes puntos de vista. Justamente, más de una vez expresó que “la tarea del papa es garantizar la unidad de la Iglesia; es recordar a los pastores que su primer deber es alimentar al rebaño, y tratar de buscar con paternidad y misericordia a las ovejas perdidas”. También, destaca la posibilidad de desarrollar “una comunión en las diferencias, que sólo pueden facilitar esas grandes personas que se animan a ir más allá de la superficie conflictiva y miran a los demás en su dignidad más profunda”, tal como lo expresa en la carta Evangelii Gaudium.

La realidad es más importante que la idea

En numerosas oportunidades, el pontífice advirtió a los sacerdotes para que no sean funcionarios, sino pastores con olor a oveja. Reafirmando la importancia de que no se pierdan en idealismos sino que centren sus acciones en un pleno contacto con la realidad, dejando de contemplar a la humanidad desde un “castillo de cristal”, y decidiéndose a buscar “las necesidades de las personas a las que se anuncia, de manera comprensible y significativa”. 

El todo es superior a la parte

A través de este principio, el papa pide a los movimientos eclesiales y a los grandes grupos sociales que no se cierren en sí mismos, sino que puedan ver más allá para trabajar y realizarse en comunidad. Utiliza el concepto del “poliedro” en el que todas las parcialidades confluyen pero conservan su originalidad. Francisco dice que “las personas que pueden ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse”, tomando esta afirmación como esencial para buscar el bien común e incorporar a todos.

Durante estos 11 años, el papa Francisco se caracterizó por manifestar su cercanía para contener a todos y todas, en especial a aquellas personas más desfavorecidas por los embates de las crisis económicas a nivel global. Así, propone una Iglesia en salida, denominándola como un hospital de campaña al que pueda acudir la gente herida. El papa Francisco, sin dudas, es uno de los argentinos más importantes de la historia. 

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