Conocé la historia de Hyperion: seis estudiantes de secundaria que lanzarán su propio satélite 

Share on whatsapp
Share on facebook
Share on twitter
Share on email

Cinco grupos de estudiantes finalistas participarán del lanzamiento de satélites realizados por ellos/as mismos/as en el marco del proyecto CANSAT, una iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que busca promover vocaciones científico-técnicas. Lanzarán dispositivos del tamaño de una lata y culminarán el proceso que llevaron adelante de crear una misión satelital durante su último año de secundaria.

La actividad tendrá lugar el 28 de septiembre por la mañana en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en la provincia de Córdoba. Por la tarde, trabajarán sobre los datos recabados, además de participar en diferentes charlas de empresas del sector espacial nacional y realizar una visita al CONAE. 

Uno de los equipos seleccionados, Hyperion, está conformado por alumnas y alumnos del colegio León XIII ubicado en el barrio de Colegiales, CABA, quienes son acompañados por su tutor académico Marcelo D´Andraia. En vísperas de su viaje a Córdoba, nos cuentan cómo fue para ellos/as la realización del proyecto, sus desafíos y expectativas. 

-¿Qué los motivó a participar del programa? ¿Quién les contó de la propuesta y cómo fue que formaron los equipos?

Una de nuestras compañeras, Sol Teglia, está muy interesada en todo lo referido a lo Aeroespacial, este año tuvimos además la oportunidad de asistir a una charla que organizó el planetario llamada “apasionadas por el universo” en donde hacían hincapié en la importancia de que las mujeres se adentren más a las ciencias del espacio y que las cosas uno debe salir a buscarlas, así Sol encontró la competencia CANSAT y no dudó en reclutarnos para su equipo, debido a que cada uno tiene algo que lo apasiona, que lo hace bueno en un área, de esa manera armamos el equipo, analizando la propuesta y fijándonos en que era bueno cada uno. Fue fácil ya que somos todos compañeros de curso, algunos estamos juntos desde jardín, con otros desde la primaria. Nos conocemos y trabajamos como grupo hace por lo menos 6 años.

¿Cuáles fueron los principales desafíos de la propuesta? ¿Cómo los resolvieron?

La propuesta tuvo tres grandes desafíos, el modelado por las restricciones de peso, la programación y la viabilidad económica. El modelado fue prueba y error, aprendimos mucho acerca de la impresión 3D en este tiempo y formas de optimizar el modelado para obtener mejores resultados, además de tener en cuenta consideraciones físicas para los ensayos que se le hacen al proyecto. Además, por la parte de la programación fue un camino duro, no lo vamos a negar, quemamos cosas en el proceso de aprendizaje, pero por suerte pudimos aprender de esos errores y llegar a tiempo con las entregas. Por último, la parte económica lo resolvimos con el apoyo del colegio y de las empresas, que no solo nos guiaron enseñándonos como se hace un proyecto y evaluando la viabilidad económica sino también que nos aportaron mucho. Trimaker por ejemplo nos donó una Impresora 3D cosmos 1, Printalot nos dio filamento para realizar ensayos, entre otras tantas que nos acompañaron en todo el proceso.

“El proyecto es una buena oportunidad para aplicar los conocimientos que adquirí en la secundaria y aprender de los mejores profesionales en el ámbito”

Sebastián Cribari

¿De qué manera sienten que impacta este proyecto en sus vidas? 

Sentimos que terminó de encausar qué queremos seguir estudiando al terminar el secundario, al empezar el proyecto teníamos una idea de lo que queríamos hacer, pero a lo largo de estos meses de trabajo en donde nos vimos envueltos en muchas situaciones nuevas, de investigación y desarrollo decidimos que es por donde queremos seguir. Sol decidió que va a estudiar una ingeniería Aeroespacial, Belén Alikasie cambió abogacía por diseño industrial, Tomás Salas decidió a causa de este proyecto que le gustaría seguir ingeniería en sistemas. 

Además, generamos una red de contactos que está interesada en nuestra visión sobre el mundo y nos acompaña en este proceso de crecimiento.

¿Qué expectativas tienen respecto al viaje a Córdoba?

Seguir aprendiendo muchísimo y poder conocer en persona a toda la gente de la CONAE y UTN Córdoba que nos enseñaron tanto en este último tiempo. Además de ir dándole un cierre a lo que fue este año en el desarrollo de este proyecto y empezar a despedirnos de lo que fue nuestro paso por el secundario. 

¿Tienen alguna anécdota que les gustaría compartir?

Si, en una de las últimas revisiones de aceptación nosotros íbamos a estar en Bariloche, teníamos miedo de que, si debíamos presentar en las primeras fechas, tener que llevar el proyecto en la valija y dar la revisión a la salida de uno de los boliches, por suerte fue solo el susto. 😂

El equipo y sus roles

 Mateo Moraga, su rol es el diseño e impresión del CanSat, además de encargarse de los ensayos de sensores, paracaídas y estructura del mismo.
 Sebastián Cribari, se dedica íntegramente al desarrollo del sistema de descenso del CanSat.
 Tomás Carrasco, se encarga de la programación y la telemetría del circuito electrónico.
 Sol Teglia, su rol dentro del grupo son las validaciones y el cálculo.
Tomás Salas Correa, es el encargado del diseño y realización del modelado de la estructura del CanSat.
Belén Alikasie, se ocupa de la gestión, planificación, diseño y redes.

TEMAS: