Bomberos de La Boca: una historia de organización popular

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Un día como hoy, pero en el año 1884, en el barrio porteño de La Boca se conformaba el primer cuerpo de bomberos voluntarios del país.

«Ciudadanos: Una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas
nuestras habitaciones de madera. Tenemos necesidad de una sociedad de Bomberos que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo los invitamos a la reunión que tendrá lugar el domingo próximo a las 3 pm en el Ateneo Iris.
Ciudadanos: La idea iniciada por pocos tiene la necesidad de todos vosotros y de vuestro válido
apoyo, y tendremos el orgullo de haber constituido una Asociación Filantrópica.
El domingo entonces en el Ateneo Iris. Que nadie falte».

Con esta invitación, escrita originalmente en italiano debido a la inmensa población migrante en la zona, comenzaba el largo camino del primer cuartel de bomberos voluntarios. Vecinos y vecinas del barrio habían sido motivados/as por un suceso anterior, en el que un reconocido comercio ubicado cerca de la ribera y lo que hoy es la avenida Almirante Brown se estaba prendiendo fuego. 

Al ver lo que estaba sucediendo, un joven propuso apagar el incendio que amenazaba las construcciones cercanas y los/as presentes lograron conformar una cadena de baldes de agua de río para apagarlo. A partir de esa organización comunitaria impulsada por el bien común, el muchacho llamado Oreste Liberti, junto a su padre, hermanos y vecinos decidieron escribir la invitación. 

La “Asociación Italiana de Bomberos Voluntarios de la Boca” estableció como fecha de fundación el día 2 de junio, y dos meses después se reconoció a la entidad como de servicio público y brindándole la correspondiente personería jurídica.

En el año 2021 cumplieron 50 mil días de servicio voluntario y se constituyen como elemento indisociable del universo boquense. Hoy continúan saldando las necesidades de su comunidad, con la vocación, el sacrificio y el compromiso como estandartes. 

Melani Fernández: testimonio de una bombera

“Lo que uno se imagina cuando entra a Bomberos es que va a ir solamente a apagar incendios. Para la mayoría de la gente ser bombero es apagar incendios, pero es mucho más que eso. Cuando entré a Bomberos creí que no iba a durar más de dos meses y ya voy por los dos años”. 

“Yo tengo a mi viejo que fue policía 20 años y él me entiende lo que es cambiar un fin de semana, un día del padre, un cumpleaños, por estar en el cuartel haciendo guardias. Yo siento que ese vacío que podés llegar a tener acá te lo llenan, porque el cuartel es una segunda familia y cuando estás acá adentro te olvidás de todo lo malo.

Para la gente es muy especial Bomberos de La Boca. Hay una señora que pasa todos los días y nos dice: ´¡Bomberos! ¡Que Dios los bendiga!´. Bomberos es una institución que mucha gente quiere. Hay bomberos de otros lados que sueñan con estar acá adentro. Por ejemplo, hace poco tuvimos una visita que se fue muy emocionada por haber estado en Bomberos de La Boca y haber podido compartir el cuartel con una mujer, ya que en su cuartel no le permiten bomberas.
A mí lo que más me gusta es correr, ir a buscar un hidrante, plantar una columna y darle agua al camión. Siento que así me estoy asegurando de que mis compañeros no se van a quedar sin agua mientras están atacando. Somos un equipo. Una vez que la dotación sube al camión, a partir de ese momento, somos un equipo y, por más que tengamos roles diferentes, no dejamos de trabajar en equipo nunca.

Yo me siento bombera cuando salgo con el camión, llego al lugar y entre todos podemos extinguir el incendio, desde un tacho de basura a un incendio grande. Cuando trabajamos bien en equipo, no hay ninguna falla, podemos sacar a alguna víctima bien. Cuando llegás al cuartel y decís ´trabajamos bien´, ahí es cuando te sentís bombero”. 

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