Habemus una década

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El 13 de marzo de 2013, la fumata blanca del Vaticano anunciaba que Jorge Mario Bergoglio se convertía en Francisco I; el primer papa latinoamericano de la Historia, también llamado el Papa del Pueblo.

Bergoglio nació en el barrio de Flores, Buenos Aires

En estos 10 años, el máximo referente católico, no dudó en poner en agenda pública los principales problemas del siglo XXI: inmigración, cambio climático, eutanasia, abusos sexuales dentro de la iglesia, violencia de género, aborto y la condena profunda a las guerras; entre otros.

El mensaje del Papa Francisco, logra trascender en este tiempo no solo por ser la más alta autoridad en la Iglesia Católica, sino también, por expresar un modelo alternativo al pensamiento propio de la globalización: “Cada uno de nosotros está llamado a ser un artesano de la paz, uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo, abriendo las sendas del diálogo y no levantando nuevos muros. Dialogar, encontrarnos para instaurar en el mundo la cultura del diálogo, la cultura del encuentro.”

Es así, que en su exhortación Evangelii Gaudium de 2013, establece un discurso en el que conjuga la espiritualidad con la filosofía política, deslizándose más allá de su rol como líder de la comunidad religiosa y convocando desde un profundo humanismo a que los hombres y las mujeres, a través de la cultura del encuentro, generen procesos enriquecidos por las diferencias, para una sociedad más justa, memoriosa y sin exclusiones.
Dentro de la misma exhortación, el Papa propuso cuatro principios para reconocer un bien mayor superador en la construcción de un pueblo en paz y justicia: el tiempo es superior al espacio; la unidad es superior al conflicto; la realidad prevalece sobre la idea; el todo es más que las partes y la mera suma de las partes.

De esta manera, el llamado a un pacto cultural basado en la reconciliación, supone una mayor persistencia del diálogo, con la misión de extender el sentido solidario entre quienes integran lo que Francisco llama nuestra ‘casa común’.

Tal como mencionamos, lejos de limitar su discurso a la tradicionalidad de la institución católica, Francisco, en su carta encíclica Laudato Si´sobre el cuidado de la casa común de 2015, sostiene: “nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta: su aire es el que nos da aliento, y su agua nos vivifica y restaura”.
De este modo, desarrolla una crítica a la crisis climática producto de las acciones humanas e invita a que las personas puedan reconstruir y redefinir las relaciones entre sí y con los recursos de la naturaleza, traduciéndose en “formas concretas de pensar y actuar más respetuosas con la creación”, según Francisco, que continúa “los problemas sociales deben ser abordados por las redes comunitarias y no simplemente por la suma de buenas acciones individuales (…) la conversión ecológica necesaria para lograr un cambio duradero es también una conversión comunitaria”.

Esta carta encíclica, dió lugar a la creación del Movimiento Laudato Si´, que reúne de manera global a miles de personas que se involucran para cuidar la casa común y lograr ‘la justicia climática’. Este rumbo, encontró su continuidad en las cartas ‘Querida Amazonia’ y ‘Fratelli Tutti’.

En su calidad de sumo pontífice, Francisco fortalece año tras año su compromiso por generar una conciencia que supere el cerco del individualismo y poder recomponer los tejidos sociales con una base sólida que se constituya con el amor y la ternura para la formación de un mundo fraterno, siendo esta idea, la impulsora de la carta encíclica de 2020 ‘Fratelli tutti’, en un contexto donde la crisis socio-económica-ambiental reclama con urgencia una solución en comunidad: “Ojalá que al final ya no estén ‘los otros’, sino sólo un ‘nosotros’”.

El Papa argentino no escatima y avanza sobre debates que hasta hace algunos años configuraban deudas históricas en las más altas esferas. “Hagan lío y organícenlo bien”, es el pedido que perdura y sostiene en el tiempo como un desafío intergeneracional para tener un mundo más justo donde las sociedades se hermanen en un camino de prosperidad.

10 momentos inolvidables en sus 10 años como máxima autoridad de la Iglesia católica

Cuando asumió como Papa el 13 de marzo de 2023. Esa noche Francisco salió al balcón de la Plaza de San Pedro y dijo: “Saben que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo, pero estamos aquí”.
“De la crisis no se sale solo, se sale arriesgando y tomando al otro de la mano“ dijo Bergoglio en una entrevista ante la presidenta de la Agencia de Noticias Télam, Bernarda Llorente, sobre la pandemia que azotó a todo el mundo.
“El solo hecho de que África no tenga las vacunas o tenga las mínimas dosis quiere decir que la salvación de la enfermedad fue dosificada por otros intereses“. Bergoglio refiriéndose a las desigualdades coloniales, económicas y de clase que hay en el mundo.
Su visita a Cuba. El Papa Francisco se convirtió, en septiembre de 2015, en el tercer Pontífice que visitó la isla, después de Benedicto XVI y de San Juan Pablo II. Allí se encontró por separado con Raúl y Fidel Castro; y también se convirtió en el primer Papa en celebrar la Misa en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.
La visita de Bergoglio a Emiratos Arabes Unidos en el 2019. Es el primer viaje de un pontífice a la península Arábiga. “Confirmamos que somos hermanos, aunque seamos diferentes”.
Su viaje a Irak en 2021. El Papa expresó el sentido de su visita al considerarla como un acto de amor y un deber hacia una tierra torturada durante tantos años.
Su interés y amor por los pueblos indígenas. La importancia de la integración. Los pueblos indígenas no son masas anónimas y pasivas, sino “sujetos activos“, “sujetos culturales“. Sus culturas son un desafío positivo para entender el mundo. “América Latina entró en la historia mundial hace quinientos años, trayendo la riqueza de los pueblos indígenas y la contribución prestada de Europa“, dijo en una conferencia celebrada el 16 de octubre de 2010.
Apoyo a la legalización de las uniones civiles entre personas del mismo sexo. “La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello“.

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