El diario de los chicos

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Hace cincuenta años existió un periódico orientado a las infancias, uno que presentaba a niños/as como sujetos políticos, con derecho a tener una opinión y a estar informados/as. 

Esta iniciativa fue impulsada por el Ministerio de Educación de la Nación en el año 1973 con el objetivo de conocer qué les sucedía a los jóvenes de todo el país que en ese momento se encontraban en 6to y 7mo grado de primaria. Esta experiencia comunicacional y pedagógica es recuperada en un libro publicado por la editorial de la Universidad de Quilmes y será presentado en la Feria del Libro 2023.

En su primer número, “El diario de los chicos” expresaba sus fundamentos principales y la motivación del proyecto: “Se publican muchos diarios para que los grandes estén informados: traen noticias de lo que pasa en el país y en el resto del mundo. Y los chicos los ven, oyen pedacitos de las conversaciones (…) Preguntan mucho y les cuesta entender, porque las cosas que pasan en el mundo son muchas. A veces son complicadas. Y como todos piensan que son cosas de grandes, nadie se ocupa de decírselas a los chicos”.

Los cinco números que fueron publicados, se regían bajo la premisa de que cada chico/a tenga una opinión propia y que para tener opiniones hay que tener información. El diario contaba con doce páginas, tenía tamaño tabloide y se emitió entre los años 1973 y 1974. Además, fue dirigido por Marta Dujovne y lanzado por el Departamento de Comunicaciones Sociales del Ministerio de Cultura y Educación.

Cincuenta años después de su lanzamiento, Daniel Badenes y Lucía Abbattista, encuentran en este diario una “experiencia revolucionaria de comunicación”, tal como la describen en su libro. Ambos son periodistas y docentes de la Universidad Nacional de Quilmes y trabajaron en la recuperación de este acontecimiento que, aunque breve, fue de gran importancia.

La historia del diario y por ende del libro, se encuentra entrelazada con la historia de nuestro país. Entre los años 1966 y 1973, se llevó adelante una de las dictaduras militares que desarticularon los procesos democráticos sostenidos hasta el momento conformando una de las heridas más profundas de nuestro pasado reciente. 

En aquel contexto, Marta Dujovne realizó la presentación del proyecto “El diario de los chicos”, con miedo a que la situación política mencionada impidiera su publicación. Si bien logró cierta durabilidad, fue interrumpido de manera abrupta de la mano de amenazas a Dujovne. 

A partir de que Badenes y Abbattista comenzaron a cranear la idea de transformar esta historia en libro, fueron recuperando diferentes fuentes. Investigaron las políticas del Ministerio de aquel entonces, otros proyectos que se habían desarrollado, cuestionarios de relevamiento de lectores e incluso cartas y entrevistas a chicos/as que daban cuenta de la inmensa participación que se generó.  

En diálogo con Télam, los autores cuentan una anécdota que echa luz a la relación entre la historia argentina y la experiencia del diario: “Nosotros intentamos, con las cartas en mano, encontrar hoy a algunos de esos chicos que habían sido parte del diario. Quizás algunos aparezcan ahora, con el libro circulando. Alguno logramos encontrar. Fue muy fuerte, a uno lo pudimos ubicar por su militancia en un centro de ex combatientes de Malvinas. Nos chocó mucho asociar ese dato, pensar que esos chicos, esa generación que vivió esa convocatoria al protagonismo fuera después la de los chicos de la guerra. Una generación que, creo yo, no tuvo mucho lugar en las memorias que se construyeron sobre los 70 y la dictadura”. 

Una última cuestión es importante destacar y es el motivo por el cual “El diario de los chicos” sigue siendo relevante en nuestros días. No sólo por motivos de memoria, sino también porque esta experiencia revolucionaria puso en jaque la idea de adultocentrismo, y esta es una discusión que vale la pena seguir dando. 

Los niños y niñas son protagonistas de los procesos tanto históricos como contemporáneos, y brindarles espacios de participación es una manera de garantizarles el lugar que se merecen. Un diario que los posiciona como sujetos activos es ejemplo e invitación para una sociedad que aún continúa subestimando el rol político de las infancias.

Podés leer fragmentos del diario haciendo click acá.

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