Francisco cerró la cumbre católica pidiendo una institución que “se ensucie las manos” y “recoja el grito del mundo”. El documento mantuvo abierta la posibilidad del diaconado femenino y pidió más protección contra los abusos.
El papa Francisco realizó el Sínodo de los Obispos, la máxima asamblea de la Iglesia Católica, y llamó a que la institución esté más activa, al mismo tiempo que hizo énfasis en el rol de la mujer y el papel de la Iglesia en casos de abusos. Pidió por una iglesia “de pie”, con una actitud más activa, y “no una iglesia muda, sino una iglesia que recoge el grito de la humanidad. No una Iglesia ciega, sino una Iglesia iluminada por Cristo. No una Iglesia estática, sino una misionera, que camina con el Señor por las vías del mundo.
En la asamblea que reunió a 358 fieles y laicos, incluyendo a 53 mujeres que por primera vez tuvieron la posibilidad de voto. El diaconado femenino fue uno de los temas que generó más debate y división dentro de la votación. Sin embargo, dejaron el debate abierto en cuanto a la posibilidad de actividades de servicio de las mujeres en la Iglesia. El documento con el que culminó la asamblea sostiene que “no hay motivos que impidan a las mujeres asumir responsabilidades”.
“La Iglesia debe escuchar con particular atención y sensibilidad la voz de las víctimas y los supervivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y conciencia por parte del clero o personas con encargos eclesiales” dijo el papa en relación al papel de la institución frente a los casos de abuso.
El documento elaborado tras tres años de consultas a fieles y aprobado por Francisco, pide que continúe la reflexión al respecto, ya que las las mujeres continúan topándose con obstáculos para obtener un mayor reconocimiento de su papel, a pesar de su presencia en las Escrituras y de que hoy “constituyen la mayoría de las feligresas”.
“Frente a las preguntas de las mujeres y hombres de hoy, a los retos de nuestro tiempo, a las urgencias de la evangelización y a tantas heridas que afligen a la humanidad, no podemos quedarnos sentados”, dijo el Pontífice, e instó a “prestar más atención al lenguaje y a las imágenes utilizadas en la predicación, la enseñanza, la catequesis y la redacción de documentos oficiales de la Iglesia, dando mayor espacio a las aportaciones de mujeres santas, teólogas y místicas”.
Este Sínodo ocurre en un momento decisivo para la Iglesia, que con el liderazgo de Francisco busca estar a la altura de los desafíos del mundo de hoy mientras mantiene sus principios fundamentales. El papa llama a la acción y al cambio para definir el rumbo de la Iglesia Católica en los próximos años.