Argentina fue de los primeros países del mundo en reconocer la independencia de Bangladesh declarada en marzo de 1971 ante Pakistán. Tres años más tarde, el presidente Juan Domingo Perón habilitó la primera representación diplomática el 30 de octubre de 1973. La embajada se abrió en la ciudad de Dacca en enero de 1974 y fue cerrada cuatro años después por decisión de la última dictadura cívico-militar. El primer acto de cooperación y ayuda humanitaria llegaría ese mismo 1974 en respuesta a la grave hambruna que afectó ese año al pueblo de Bangladesh, producto de las severas inundaciones que azotaron al país. El gobierno argentino realizó una donación de trigo, arroz y manzanas a Bangladesh (MRECIC, 1975; Olavarría Aranguren, 1977).
Pasadas algunas décadas de gobiernos no democráticos por parte de ambas Naciones y de períodos de inestabilidad económica y se puede apreciar que a partir del primer decenio del siglo XXI hay un despertar de las relaciones entre Argentina y Bangladesh, al ser considerado por la Argentina como un país estratégico para la inserción internacional argentina. Al mismo tiempo, Bangladesh buscó profundizar su apertura internacional acercándose a socios no tradicionales, con énfasis en América Latina, durante el gobierno de Sheikh Hasina.
A nivel político, en julio de 2009 en Buenos Aires, en el marco del Primer Encuentro Birregional de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL) y la Conferencia Internacional de Partidos Políticos Asiáticos (ICAPP), evento que fue encabezado por el canciller argentino Jorge Taiana y cerrado por la presidente Cristina Fernández de Kirchner (MRECIC 2009) tuvo lugar un encuentro informal entre políticos de Argentina y de Bangladesh, estos últimos representados por Asir U. Swapon y Monowaul Hoque del Partido Nacionalista de Bangladesh.
En vísperas al 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, en agosto de 2011 tuvo lugar el encuentro formal en Buenos Aires entre el embajador Alberto D’Alotto y el embajador Mohamed Mijarul Quayes, los viceministros de Relaciones Exteriores de Argentina y Bangladesh, respectivamente.
El fútbol, acercamiento y nuevos rumbos
La visita del titular de Cancillería, Santiago Cafiero, representa un hecho significativo para la geopolítica argentina, ya que Bangladesh se encuentra ubicado en el cruce de Asia del Sur, Asia del Este y el Sudeste asiático, siendo el octavo país más poblado del mundo, con un mercado de aproximadamente 170 millones de habitantes.
A pesar de que allí el principal deporte es el críquet, el fanatismo por la selección argentina del país asiático siguió teniendo un lugar privilegiado. La pasión por la selección nacional fue renovada en septiembre de 2011, cuando una fecha FIFA reunió en el estadio Bangabandhu de Dacca (capital de Bangladesh) a la selección Argentina y a la de Nigeria en un partido amistoso que resultó con un triunfo fue 3 a 1 para la Selección nacional. Por ese entonces el director de la albiceleste era Alejandro Sabella.
Esta pasión innegable por el fútbol entre ambas naciones no es lo único que nos une. Los lazos comerciales no paran de crecer. En 2022 el comercio bilateral con Bangladesh fue de USD 765 millones. Las exportaciones argentinas alcanzaron USD 742,9 millones y las importaciones desde Bangladesh totalizaron USD 22,1 millones. Se registró en 2022 un superávit comercial para Argentina de USD 720,8 millones.
Los alfajores, el dulce de leche, la yerba mate y la versión bangladeshi de «Muchachos» interpretada por un grupo de fans local, animó la inauguración de la nueva sede diplomática en el país asiático.
En la apertura de la nueva embajada Cafiero destacó que ‟hoy estamos cumpliendo un deber moral, un deber ético e histórico reabriendo nuestra Embajada en Bangladesh. Se había puesto en funcionamiento en el año 1974, cuando la Argentina gobernada por el general Juan Domingo Perón reconocía a un pueblo hermano como lo es el de Bangladesh. Apenas unos años después, la Embajada fue cerrada por una dictadura militar que en nuestro país quiso borrar la huella de muchos compatriotas, pero también la huella de pueblos hermanos y de relaciones que teníamos establecidas hasta ese momento”.
El canciller además sostuvo: “Debemos seguir construyendo una relación que nos una, que acerque dos países culturalmente distintos, geográficamente distantes pero con un sentimiento único; lo que el amor de Bangladesh demostró hacia la Argentina es que también en este tiempo de incertidumbre, donde el mundo se debate en una guerra, debemos afianzar el vínculo del sur global, afianzar esa agenda y poner en eje la dignidad de las personas”. Y detalló: “En los diferentes foros internacionales países como los nuestros tienen que elevar la voz mucho más alto porque a veces no somos escuchados, es por eso que necesitamos actuar siempre de modo cooperativo y conjunto”.
Argentina y Bangladesh: socios de cooperación SUR-SUR
Bajo el marco de la Organización de las Naciones Unidas fue que se articuló e institucionalizó la idea de Cooperación Sur-Sur (CSS) para nominar y definir un tipo particular de cooperación entre Estados. Si bien la definición y demarcación conceptual de la CSS es uno de los aspectos más debatidos y controvertidos en los foros internacionales, una posible formulación se refiere a la cooperación, en particular, entre dos o más países en desarrollo que intentan lograr sus objetivos de desarrollo individual o colectivo mediante intercambios de conocimientos, aptitudes, recursos y conocimientos técnicos.
Un acercamiento al concepto que nos parece clave para comprender este vínculo es el que realiza Javier Surasky (2013), donde reflexiona sobre las posibilidades que el contexto internacional en este nuevo siglo brindó a una gran parte de países para poner en práctica experiencias de cooperación construidas a partir de la propia heterogeneidad.
«Las diferentes experiencias históricas, económicas, sociológicas y culturales de los países del Sur Global sumadas a una conciencia más o menos común de injusticia en el reparto mundial del poder y de los beneficios tangibles, se convirtieron entonces en un nuevo factor que posibilitó su encuentro. (…) Sobre la base de esos encuentros, los países del Sur fueron construyendo posiciones si no comunes al menos cada vez más cercanas frente a problemas globales. (…) La elaboración de un discurso sobre la cooperación internacional propio del Sur no tardó en establecer una relación dialéctica con su hacer a partir de la cual ambas partes se nutrieron y se nutren todavía. El paso siguiente llegaría de manera casi natural y estaría dado por el establecimiento de concepciones del Desarrollo propias del Sur, imposibles de ser traídas al debate internacional del que hoy», (Surasky, 2013).
Diversificar las relaciones internacionales de Argentina brinda a nuestro pueblo la posibilidad de ser parte de mercados más amplios. Esperamos que esta presencia nacional en el lejano país asiático pueda acercar a nuestros pueblos y reforzar la cooperación sur-sur entre nuestros países.