Después del fenómeno que generó el streaming del CONICET desde el fondo del Atlántico (esa travesía de 21 días a bordo del buque Falkor (too) que reunió a casi 18 millones de espectadores), la ciencia argentina vuelve a encender las cámaras. Esta vez, las miradas apuntan a la tierra firme, al viento y al polvo patagónico. El nuevo proyecto se llama “Ciencia en Directo: Expedición Dinosaurios”, y promete ser la primera transmisión en vivo de una excavación paleontológica en el mundo.

De las profundidades del mar a la estepa patagónica
Del lunes 6 al viernes 10 de octubre, se podrá seguir en vivo y de forma gratuita por el canal de YouTube del CONICET Dialoga, con actualizaciones desde las redes de Paleocueva LACEV. Durante cinco días, un grupo de científicas y científicos mostrará cómo se buscan, excavan y preservan fósiles de dinosaurios en un yacimiento de la provincia de Río Negro, en el corazón del Valle patagónico.
El equipo pertenece al Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y está liderado por el investigador del CONICET Matías Motta. Son cerca de 20 especialistas que, durante toda la campaña, vivirán en carpas, a más de 100 kilómetros de General Roca, en una zona de difícil acceso, donde el ripio y el viento son parte del paisaje cotidiano.
Lo interesante es que no habrá recreaciones ni animaciones: lo que se verá es ciencia en tiempo real. Desde el escaneo del terreno en busca de restos fosilizados hasta el delicado proceso de extracción y transporte de las piezas al laboratorio.
“Queremos mostrar el trabajo real, el que pasa cuando el documental todavía no existe”, contaron en uno de los videos previos los integrantes del equipo. “Vamos a estar sucios, cansados, emocionados, pero felices de compartir cómo se hace paleontología desde el campo.”

Un laboratorio a cielo abierto
Durante las transmisiones, el público podrá interactuar en vivo con los y las científicas, enviar preguntas y conocer los detalles del trabajo: cómo se identifican los huesos, cómo se limpian, cómo se embalan para que lleguen intactos al museo. La idea es abrir las puertas de una ciencia que suele mostrarse cerrada, y hacerlo con un lenguaje accesible y cercano.
El proyecto también busca visibilizar la participación femenina en la paleontología, un campo históricamente masculinizado, y poner en valor la tarea colectiva detrás de cada hallazgo.
En esta nueva campaña -bautizada Expedición Cretácica I- el objetivo es encontrar más restos del Bonapartenykus ultimus, un dinosaurio argentino descubierto en la región y que aún guarda muchos misterios. Los investigadores adelantaron algunos hallazgos previos: fragmentos de falanges del pie de un dinosaurio carnívoro “del tamaño de una mano” y un pequeño diente “puntiagudo” que podría pertenecer a una especie inédita.
Cada nuevo fósil es una pieza más del rompecabezas que permite reconstruir cómo era la vida hace más de 70 millones de años, cuando la Patagonia era un ecosistema muy distinto: con ríos más caudalosos, bosques subtropicales y gigantes prehistóricos que dominaban el paisaje.
El éxito del streaming submarino del CONICET y el Schmidt Ocean Institute en marzo demostró que hay un público amplio y curioso por conocer la ciencia argentina. Ahora, con esta nueva expedición terrestre, el organismo busca consolidar una manera diferente de comunicar el conocimiento, acercando el trabajo de los investigadores a la sociedad a través de la tecnología y la participación directa.
De las profundidades del Atlántico a la estepa patagónica, la ciencia argentina sigue encontrando formas creativas de contar lo que descubre. Y lo hace con una cámara encendida, una pala en la mano y millones de personas del otro lado de la pantalla.