Estudiantes y docentes de la Escuela Agraria Nº 1 de General Villegas encabezaron la recuperación de una fábrica que funciona dentro del predio de la escuela.
En el predio de una institución educativa ubicada en la localidad bonaerense de General Villegas, estudiantes y docentes de la Escuela Profesional Secundaria (EPS) comenzaron a trabajar en la recuperación de una fábrica dedicada a la producción de lácteos que había dejado de funcionar en 2017.
Esta iniciativa surgió por el objetivo conjunto de unir la trayectoria educativa con una salida laboral y a la vez poder generar alimentos para el comedor estudiantil y la comunidad. En función de esto, se realizó la compra de una caldera entre otros elementos para facilitar las prácticas y establecer una oferta educativa de Industria Alimentaria para garantizar a las y los estudiantes de la zona el aprendizaje de un oficio que contribuye a abastecer a las demandas locales.
En 2023 se abrió en la Escuela Agraria Nº 1 de General Villegas una Escuela Profesional Secundaria, con un funcionamiento que contempla a estudiantes de entre 15 y 18 años que abandonaron la secundaria y que llevan más de 12 meses fuera del sistema.
Estas instituciones están dirigidas a estudiantes que interrumpieron sus trayectorias educativas, y les da la oportunidad para que en tres años puedan salir con un oficio, que con la recuperación de esta fábrica puede transformar y darle valor agregado a la materia prima alimenticia en sus diferentes variedades, tales como quesos, dulce de leche, ensanchados de leche, helados artesanales y demás.
La modalidad de Escuela Profesional Secundaria ofrece una modalidad de cursada integrada, flexible y personalizada, que tiene en cuenta las trayectorias y experiencias anteriores, con fábricas o talleres de las escuelas técnicas profesionales en comisiones de 15 estudiantes y la posibilidad de optar por distintas orientaciones.
Durante la reunión de la mesa distrital de Educación, Trabajo y Producción del COPRET, de General Villegas, el profesor César Julían, Jefe de Área de la Escuela Agraria, explicó que “se comenzó en el mes de abril en la recuperación del entorno formativo, es decir el ámbito en el cual funciona la fábrica y sus elementos como la caldera en el 2015 llegaron al final de su vida útil y se decidió parar la producción. Tuvimos la caldera parada porque los repuestos siempre son caros y en el 2016 se sumó la inundación con la escuela tuvimos que indemnizar al personal y la fábrica se paró por completo, luego hubo actos vandálicos, después ingresaron palomas y se volvió un palomar, luego en el 2017 estuvo todo inundado y en el 2018 con la cooperadora empezamos a ver cómo recuperar el lugar”.
Y continuó: “En abril empezamos con el reemplazo de las instalaciones de agua nuevas, recuperamos la instalación eléctrica, se trabajó en la parte edilicia con revoques, pintura, techos, cambiamos aberturas (porque tienen que ser de aluminio), se colocaron los vidrios rotos y se desinfectó todo el lugar. Lobeto Tambos trabajó sobre la puesta en marcha de la pasteurizadora y el eje central ahora es hacer sachets de leche y en un tiempo cuando se pueda cambiar la caldera empezaremos a elaborar como fue históricamente distintos tipos de quesos blandos, semiduros y duros, dulce de leche y manteca”.
Con la leche y los productos que se elaboren van a abastecer, en primer lugar, al Comedor de la Escuela, a las alumnas y los alumnos que consumen lo que producen, y también, a distintas instituciones como el Hospital Municipal y el Hogar de Ancianos.
Sin dudas este proyecto pone en valor a la educación y al trabajo comunitario, y apunta a que quienes egresen de la institución puedan no solamente tener un oficio sino también poder buscar su camino en una amplia salida laboral tanto en el ámbito privado, como en sus propios emprendimientos. Además, retomar un camino donde esta fábrica era una boca de expendio para que los vecinos y vecinas de la zona puedan comprar dulces, quesos, y demás productos a muy bajo costo, teniendo en cuenta que no había gastos de traslados.