AMIA: el Papa Francisco envió una carta por los 30 años del atentado

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El Papa Francisco envió una carta a su país natal por el 30º aniversario del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que fallecieron 85 personas.

En el marco del evento organizado por el Congreso Judío Mundial y el Congreso Judío Latinoamericano “Construyendo un futro más seguro – 30 años después del atentado a la AMIA”, realizado en el Hotel Hilton, que contó con el respaldo de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), se leyó una carta especialmente enviada por el Papa Francisco, dirigiendo un sentido mensaje para las víctimas del atentado que tuvo lugar un 18 de julio de 1994.

Francisco solicitó conmemorar el atentado “en un espíritu de recuerdo y reflexión”. “La memoria de aquellos que murieron en esa tragedia oscura sigue viva en nuestras oraciones y en nuestro compromiso continuo con la justicia», afirmó, y siguió: “La dimensión del silencio, poderosa y reveladora, se presenta ante nosotros no como un vacío, sino como una presencia palpable de aquellos que ya no están. En el silencio escuchamos el eco de las vidas truncadas y sentimos el peso de la ausencia. Pero en él también encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante. A veces el silencio puede expresar un dolor indecible ante la desgracia y, en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza”.

De la misma manera, el sumo pontífice pidió tener memoria activa para tener presentes a las 85 personas que fallecieron aquel fatídico día, y reafirmó que la comunidad no baje los brazos ante la búsqueda de justicia, ampliando esa misión a todas las personas de fe y buena voluntad para unirse en oración y acción.

En 2014, al cumplirse dos décadas del atentado, el Papa había enviado un video grabado por el director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman, que lo visito en el Vaticano y el Papa argentino había aseguraod que la falta de justicia era “una deuda con la sociedad”.

La carta completa del papa Francisco

“Al conmemorar el 30 aniversario del atentado a la AMIA, lo hacemos en un espíritu de recuerdo y reflexión. La memoria de aquellos que murieron en esa tragedia oscura sigue viva en nuestras oraciones y en nuestro compromiso continuo con la justicia.

Para rendir homenaje, ante la tragedia elegimos el silencio. La dimensión del silencio, poderosa y reveladora, se presenta ante nosotros no como un vacío, sino como una presencia palpable de aquellos que ya no están. En el silencio escuchamos el eco de las vidas truncadas y sentimos el peso de la ausencia. Pero en él también encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante. A veces el silencio puede expresar un dolor indecible ante la desgracia y, en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza.

La memoria puede ser nuestra guía. Nos enseña que recordar no es sólo mirar hacia atrás, sino también proyectarnos en esperanza hacia un futuro donde actos tan repudiables de violencia no se repitan. La memoria nos impulsa a tener presentes a los 85. hermanos de aquel 18 de julio de 1994.

Hoy, juntos, reafirmamos que no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia. Una justicia que no busca venganza, revanchismo, sino verdad y reparación. Una justicia que es esencial no solo para las familias afectadas, sino para la cohesión del tejido social de la nación. El respeto a toda vida humana y a la dignidad que conlleva debe prevalecer sobre el odio y la división, Esta es la base sobre la cual edificamos el bien común, no sólo para honrar a los que hemos perdido, sino para proteger a las generaciones futuras.

Invito a todas las personas de fe y a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración y acción, a trabajar incansablemente por un mundo más fraterno, donde la justicia y la paz se abracen, ya que sin justicia no habrá paz duradera ni efectiva.

Que el Dios de la paz nos bendiga con la esperanza y la audacia para llevar a cabo esta misión. Que el consuelo divino alcance a todas las familias que aún lloran a sus seres queridos y les otorgue fortaleza a todos los sobrevivientes que llevan heridas en sus cuerpos y en sus almas.

Rezo por Ustedes.
Fraternalmente.”

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