En Argentina, el transporte genera el 13,9% de las emisiones de gases de efecto invernadero y es la segunda fuente de emisiones del sector energía. Es decir, que actividades tan cotidianas como tomarse el colectivo para ir a trabajar o salir con el auto a pasear los fines de semana constituyen un gran impacto ambiental.
¿Esto significa que hay que desempolvar la bici y empezar a ir caminando a todos lados? Aunque esas opciones son muy buenas para la salud, también se están desarrollando proyectos para que los transportes de siempre se conviertan en más sustentables.
La empresa Nueve de Julio S.A.T, en conjunto con La Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y la Agencia I+D+i presentaron este mes un colectivo con motor eléctrico.
Esta primera unidad que circulará por las calles de la ciudad de La Plata, tenía un motor diésel convencional y fue modificado para que cuente con una batería de litio fosfato potasio que le permite recorrer hasta 200 kilómetros antes de volver a la estación de carga.
Este prototipo es el primero en el país y pionero en cuanto a sustentabilidad. Las baterías, el motor y su controlador electrónico son importados, pero el kit fue integrado de manera nacional luego de un estudio realizado por la UNLP y financiado por un aporte de la Agencia I+D+i.
El impacto ambiental se relaciona con que esta nueva manera de funcionamiento libera menores cantidades de vibraciones y calor, que son altamente contaminantes, ya que tienen una eficiencia mucho mayor sobre el uso de la energía generada.
Alejandro Primbas, director Nacional del Fondo Tecnológico Argentino, reflexionó sobre el ómnibus y el área en el país: “Por supuesto que no es lo que esperaríamos en un desarrollo a futuro, pero es el primer prototipo y una etapa necesaria antes de seleccionar los equipos a integrar. Necesitamos aprender qué baterías se necesitan, qué potencia del controlador y qué motor. La Argentina tiene unas 20 carroceras de colectivos y el siguiente paso, en el ya que hay algunos sondeos, es identificar a empresas que puedan fabricar este motor eléctrico, que no tiene grandes complejidades. De hecho, ya hemos identificado una que puede hacerlo y detrás está también Y-TEC, con la fábrica de celdas, para poder desarrollar las baterías. También hay capacidades de hardware y software para hacer el controlador en el país si conseguimos la escala necesaria”.
También agregó: “Por supuesto que esto no va a ser de la noche a la mañana pero en cuanto esto empiece a tomar escala y haya un impacto en la movilidad eléctrica va a ser necesario hacer modificaciones en la infraestructura de electricidad, ya que hay una limitante en cuanto a la distribución. Hay que hacer acuerdos con las distribuidoras para las estaciones de carga, hay un componente de infraestructura que no se puede soslayar”.
Iniciativas como esta plantean la intención de generar una vinculación distinta entre las nuevas tecnologías y el medio ambiente. Promover la sustentabilidad en el transporte en particular y en el desarrollo tecnológico en general es fundamental para cuidar el planeta que habitamos y garantizar un futuro mejor.
