Un actor argentino ganó el Oso de Oro por el mejor cortometraje en el Festival de Berlín

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“Un movimiento extraño”, de Francisco Lezama, fue elegida por el jurado internacional. La historia se desarrolla en Buenos Aires en 2019, centrada en la obsesión por el dólar.

El jurado internacional de la 74° edición del certamen del Festival de Cine de Berlín, eligió a la pieza “Un movimiento extraño” como la mejor entre 20 competidores, dentro de la sección Berlinale Shorts. La historia se desarrolla en Buenos Aires, en 2019, y se ambienta en la obsesión por el dólar y la especulación que existe desde hace décadas con la divisa extranjera en la economía de nuestro país. Este trabajo está dirigido por el actor argentino Francisco Lezama, quien recibió el reconocimiento en el evento europeo, y tiene los papeles protagónicos de Laila Maltz, Paco Gorriz, Sofía Palomino, Jorge Prado y Guillermo Massé. 

Lezama lleva adelante una crítica con humor hacia la realidad económica del país, donde el énfasis radica en la figura del “arbolito”, término utilizado para referirse a las personas que realizan el cambio de divisas de manera informal, mayormente en la vía pública. Además, cuenta con reflexiones en torno a la especulación financiera. “La comedia fue ideal para narrar lo enrevesado, caótico y errático del asunto”, destaca el actor, docente e investigador, quien es reconocido por su trabajo en la materia de Historia del Cine en la Universidad del Cine (FUC).

De esta manera, en la obras se destacan referencias culturales que provienen desde los años 30 y 40, tanto en Estados Unidos como en Argentina, y usa a la comedia como un vehículo para poner en tema cuestiones relacionadas a la economía y conflictos de clase de manera sutil y efectiva a lo largo de la historia del cine. 

El formato de cortometraje refleja uno de los desafíos que tiene la producción cinematográfica en Argentina. “El corto no es un género de estudiantes”, afirma Lezama, y resalta la necesidad de superar dificultades y prejuicios para encontrar nuevas plataformas y estrategias de difusión, y así, alcanzar audiencias más amplias y diversificadas.

En su discurso, Lezama agradeció al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y agregó: “También quiero agradecer a otras instituciones públicas que no son tan prestigiosas como el INCAA, pero que también me educaron. El Museo del Cine de Buenos Aires, la biblioteca de la ENERC donde solía ir a leer muchísimo. Y también la TV Pública donde pude ver el show de Fernando Martín Peña”. 

Este reconocimiento en el Festival de Berlín abre las puertas para que los y las cineastas de nuestro país puedan tener la oportunidad de recibir apoyo y financiamiento internacional para emprender su arte. El cine en Argentina precisa de la visibilidad y el interés de festivales de estas dimensiones para evolucionar constantemente.

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