La historia de Los Dogos: el deporte desde la diversidad y la inclusión

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Dogos inició su camino en 1997 como un equipo de fútbol para gays, convirtiéndose en uno de los primeros equipos de fútbol en Sudamérica en levantar la bandera de la inclusión, la diversidad y el respeto por los Derechos Humanos. El fútbol es su primera y principal disciplina, pero con el correr de los años, Dogos se convirtió en un espacio que ofrece también prácticas de basquet, voley, waterpolo y natación. 

La época en la cual Los Dogos dieron el puntapié inicial no fue casualidad: por aquel entonces, el entrenador del seleccionado argentino de fútbol mayor, Daniel Pasarella, contestó de manera negativa a una pregunta que le hizo un reconocido medio gráfico sobre sí convocaría a jugadores homosexuales. No obstante, reafirmo su postura a los pocos dias, “me preguntaron si convocaría a un jugador homosexual y dije que no. Porque es un gusto personal. Como por ahí no me gusta un jugador demasiado alto. Este es un país democrático y yo no estoy en contra de los gays, simplemente que en mi trabajo no lo permitiría”, manifestó quien llevaría las riendas del seleccionado nacional en el Mundial de Francia ‘98. La respuesta de Los Dogos fue autoproclamarse como ‘la Selección Argentina Gay’, sembrando el origen del seleccionado nacional que en 2007 se coronó en el Campeonato Mundial Gay de Fútbol que se realizó en Buenos Aires.

“En 1997 éramos el único equipo de diversidad sexual en América Latina”, dice Hugo Melano, coordinador de Dogos Natación y Waterpolo, y continúa, “hoy nuestros logros tienen alcance internacional. Pertenecemos a la International Gay & Lesbian Acuatics (IGLA) y no solo hemos acompañado el surgimiento de organizaciones en otros países, como Uruguay Celeste y Cóndores Chile, sino que participamos en torneos internacionales. El año pasado competimos en Los Ángeles: fuimos 8 nadadores y ganamos 28 medallas. Este año, la delegación de natación se prepara para competir en junio en el Torneo Internacional de Deportes Acuáticos en Londres”. Desde Los Dogos, revalorizan la importancia que tiene el amor por el deporte más allá del solo hecho de competir o ganar. En cualquiera de las disciplinas, los esfuerzos se direccionan a aprender y disfrutar del camino, además de entrelazarse en un gran espacio de contención.

“En el fútbol, sea profesional o no, cuesta ‘salir del clóset’. Es complicado y hasta peligra muchas veces la carrera del jugador. Por eso muchos se privan de decirlo”.

Los Dogos se preparan para ser anfitriones del Mundial 2024.

El plantel de Los Dogos no está conformado únicamente por personas homosexuales, ya que uno de los pilares del conjunto es no excluir a nadie que quiera ser parte.
“No hacemos una encuesta. Quien viene y se quiere sumar lo invitamos a los entrenamientos, charlamos con él, le contamos un poco sobre el espíritu de que no es sólo fútbol sino participar y tener consciencia de lo que significa formar parte de esta comunidad”, dice Fernando, quien juega hace un tiempo en el equipo de fútbol.

“Estamos abiertos a todos, pero somos un equipo competitivo y buscamos buenos jugadores. Tratamos de que haya la mayor cantidad de chicos gays posible porque esa es la finalidad, tratamos de que haya un cupo. Pero los chicos hétero ven que están en un grupo donde pueden disfrutar del deporte. Ellos tienen una misión en común con nosotros: llevan bien arriba nuestra bandera y luchan por lo mismo. Acá no hay hétero o gay: hay un grupo en el que vamos todos hacia el mismo lugar”.

Además, la organización articula con diferentes organismos públicos que van desde la Secretaría de Deportes en sus variantes según jurisdicción, el INADI y el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, para poder desarrollar encuentros deportivos federales y talleres de formación para mejorar el desempeño de los jugadores y las jugadoras.

El deporte es un derecho fundamental y los equipos con mirada LGBTQ+ van expandiéndose poco a poco por todo el país. Sin embargo, todavía se constituye como un espacio en el que existe una violencia simbólica muy naturalizada que reproduce estereotipos que profundizan las desigualdades existentes. En este contexto, iniciativas como la de Los Dogos son centrales para comprender que la diversidad es parte del deporte y para sensibilizar sobre la importancia de promover una práctica deportiva sin discriminación ni violencia que genere espacios seguros y de liberación

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