Capilla, club y colegio, es la estrategia que plantea el Padre Pepe para generar faros de contención social.
José María Di Paola, más conocido como el Padre Pepe, representa la construcción de una iglesia que recibe al pueblo con brazos abiertos, proponiendo un carácter de involucramiento y participación en los conflictos de la comunidad. Con compromiso, amor, solidaridad y fe, difundiendo la palabra desde una perspectiva social, cultural y política. “Un oído puesto en el pueblo y el otro en el evangelio”, tal como predicaba Monseñor Angelelli.
Tal como el Papa Francisco plantea las tres T: techo, tierra y trabajo, como derechos ineludibles y poniendo el amor a los pobres en el centro del evangelio y la doctrina social de la Iglesia; el Padre Pepe propone las tres C: capilla, club y colegio, como estrategía para que las personas de diversas edades tengan espacios donde puedan formarse de manera profesional y artística, donde exista la práctica del deporte, asistencia alimentaria, espacios educativos de distintos niveles, y en definitiva, constituir esquemas de contención social que ayuden a promover vínculos y actividades sanas que alejen a grandes y chicos de los flagelos negativos que atraviesan a la sociedad como son el consumo problemático de sustancias ilegales y la delincuencia.
“Nosotros le metimos en este trabajo de las adicciones las tres C: capilla, club y colegio. Puede existir un barrio, la gente puede tener el trabajo y un techo, pero es muy importante para la vida social que las instituciones en esos lugares sean fuertes», dijo el Padre en un diálogo con el diario Norte, y continuó: “La capilla acompaña la vida espiritual para que los chicos, adolescentes, jóvenes y las familias puedan participar. Es necesario que el club del barrio no piense solamente en la competencia, sino que piense como escuela de vida. Y el colegio que vaya más allá, que mire más allá. Entonces si trabajan bien esas tres C en un barrio, vamos a tener la posibilidad de que estas tres T tengan una vida fortalecida y con un nivel de prevención en adicciones extraordinario. Muchos chicos o gente grande desarrollaron bien su vida, porque pudieron hacer una realmente buena experiencia a través de un club, en una capilla o un colegio”.
El Padre “Pepe” Di Paola, es el creador del Hogar de Cristo, un programa de recuperación de las adicciones a las drogas, en la parroquia Virgen de Caacupé del barrio de Barracas. “El Hogar de Cristo es una consecuencia de pensar una parroquia popular, donde nadie podía quedar afuera. En ese itinerario nos preocupamos por la salud, la educación y otros aspectos de la vida cotidiana. Es una iniciativa nacida de una iglesia popular y que ahora está en toda la Argentina”, explicó el padre.
Los centros barriales que corresponden al Hogar de Cristo, se encuentran emplazados en barrios populares y villas de emergencia, trabajando de manera articulada con Cáritas Argentina, y en palabras de sus creadores, tienen la finalidad de poder “dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades”.
La obra del Padre Pepe, a través de la las tres c, impulsa a complementar el enunciado del Papa Francisco que clama por “tierra, techo y trabajo” dándole institucionalidad a las organizaciones, para que cada niño y niña pueda crecer en un círculo virtuoso que promueva prácticas sanas y edifique los cimientos de un futuro más próspero para el más amplio conjunto social.
