Un Escenógrafo argentino busca crear una apertura en las personas a través del arte urbano, inspirándose en las diversas culturas que visitó en sus viajes por Latinoamérica y Europa.
Heber Fleitas es un escenógrafo argentino formado en la Universidad de Palermo. Cuenta con una destacada trayectoria en el Teatro General San Martín de Buenos Aires, donde trabajó como realizador y diseñador escenográfico durante una década. Desde hace tiempo, recorre diferentes rincones de Latinoamérica y Europa en busca de explorar nuevas culturas y plasmarlas en su arte.
“Comencé a pintar en mi adolescencia con amigos del barrio, luego empecé a salir a pintar solo. Entraba a barrios más humildes o villas, pedía permiso para intervenir una pared y llevaba el material para pintar. Con el tiempo el arte urbano me fue llevando por diversos caminos en el mundo, recorriendo durante cuatro años países de Latinoamérica y Europa. Esta pasión se convirtió en un estilo de vida y una expresión artística”, comenta Fleitas en diálogo con Lleca, sobre sus inicios en esta disciplina. “Pinté en comunidades indígenas, pueblos, ciudades, museos y callejones y cuando veo mi obra en las calles la percibo como una escenografía urbana”, agrega.
Según Fleitas, el arte urbano tiene el poder de alterar el estado de ánimo del espectador y crear una identidad única en los espacios intervenidos. Además, considera al muralismo y al arte en general como herramientas poderosas de comunicación y educación, dentro de una narrativa que se construye a través de imágenes, colores y formas. Para plasmar en sus obras lo aprendido en su paso por el ámbito académico, Fleitas destaca la “forma de ver o diseñar espacios”: “Mi mente como artista tiene en cuenta el diseño, la pared, el lugar donde va a estar la obra, las clases sociales con las que va a interactuar la obra, el tamaño, la logística del material y el tiempo de realización”.
Al ser consultado sobre si sus obras llevan un mensaje social o político, Heber reflexiona que “todo arte es político”. Aunque no considera necesario ser explícito o literal en la temática de sus trabajos, la delgada línea que separa el arte público de la interpretación individual es crucial para él, ya que reconoce que no todos estarán de acuerdo con el mensaje.
“En mi caso elijo la temática para el sitio específico y el contexto donde pinte la obra, prefiero dejar un mensaje entre líneas o, mejor dicho, dejó abierta la posibilidad a que cada uno pueda interpretar a su manera. Sin llegar a ofender o ser despectivo. Si bien me apropio de una pared al momento de pintar, soy respetuoso y empático con las demás personas”, amplía el artista.
Durante su recorrido por Latinoamérica, Fleitas convivió con comunidades indígenas, entre ellas la tribu Shipibos en el Amazonas de Perú. Allí, además de aprender sobre sus costumbres, su cosmovisión y su arte, participó en ceremonias espirituales que marcaron profundamente su obra. “La convivencia durante seis meses con la comunidad indígena Shipibos, hizo que mi arte se transforme. Quiero destacar un dato no menor, que fue vivir la experiencia de haber tomado medicina ahí en la selva, una ceremonia de Ayahuasca con un abuelo y abuela de la comunidad. Ese viaje interior a nivel espiritual, dejó una marca en mi a la hora de crear. Siento que el desarrollo espiritual va a la par del crecimiento en la parte técnica y profesional de un artista”.
En Europa, Fleitas también exploró el arte clásico y las vanguardias, visitando obras de maestros como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y Picasso. Estas influencias se mezclaron en su estilo, ampliando su visión artística.
Uno de los murales más significativos para él fue el que pintó en el barrio de Hurlingham, Buenos Aires, en homenaje a Diego Maradona. “De todas las obras creo que el mural que pinte de Maradona en mi barrio fue el que más disfruté, no solo por las repercusiones que tuvo, sino por la alegría y la buena onda que me transmitieron los vecinos que me conocen desde chico. El mensaje es claro cuando elegís hacer un homenaje, en este caso al Diego, con todo lo que representa para el pueblo, y el deporte más popular en cualquier barrio del conurbano y el mundo”, destaca el artista.
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El escenógrafo también resalta la importancia de los referentes locales del arte urbano, muchos de los cuales son reconocidos internacionalmente, lo que impulsa a que cada vez más artistas emergentes se animen a expresar su arte en las calles. Para Fleitas, el arte urbano no es solo una expresión decorativa, sino una forma de generar conciencia y aportar al colectivo, a sabiendas de que se trata de un arte público y a disposición de la comunidad. “Es gratificante ver la reacción de la gente en los barrios más humildes. Agradecen de corazón. Doy lo mejor de mí en cada mural, aunque no reciba dinero, porque la recompensa viene por otro lado”.
“Me gustaría intervenir en los barrios más importantes de la capital, ya que las personas que habitan esos lugares son las que más precisan reflexionar acerca de la situación en la que viven el resto de los habitantes. Es momento de unirnos, no de crear divisiones”.
Actualmente, Heber está trabajando en proyectos de escenografía para teatro y murales en Buenos Aires, pero a futuro planea realizar una muestra individual con obras en lienzo y continuar viajando para llevar su arte a otras partes del mundo.
Para quienes quieran adentrarse en este universo, Fleitas les deja un mensaje claro: “Sean fieles a sus valores y a su arte. Vean el arte como un estilo de vida, eso les va a abrir muchas puertas a medida que ganen confianza y se animen a expandirse. No solo pintar en su lugar, sino en distintas partes del mundo”.
