La cooperativa Flor de Laburo es una iniciativa creada por vecinos y vecinas del barrio popular Los Robles, en Córdoba. Por medio de la producción de plantas nativas y cosmética natural, plantean una salida laboral agroecológica e integradora.
Se fundó en el año 2019 a partir de una demanda popular. “Empezamos el proyecto después de un proceso de investigación e indagación con vecinos y vecinas; principalmente, vecinas madres que venían a la organización y nos pedían que desarrollemos algún proyecto que pudiese ayudar a fortalecer las economías familiares. Así, dimos forma a un proyecto sociolaboral de producción de plantines porque teníamos ahí la posibilidad de articular con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), para un asesoramiento técnico”, cuenta su tesorero Matías Jaimovich.
Flor de Laburo contempla varios rubros y comercializa sus productos utilizando como medios las redes sociales y los circuitos de la economía popular. También lograron conformar una red de familias y formar lazos con la comunidad barrial.
Entre sus productos se encuentran plantines de peperina, aceites, aguas esenciales, plantas nativas y aromáticas, entre otros, y su gran objetivo además de ser 100% naturales, es promover y acompañar huertas de la comunidad intentando fortalecer economías familiares.
El crecimiento de la cooperativa se plasma en su articulación con otras entidades: “Además de cosechar y fraccionar peperina para la venta, sobre todo para el turismo, también empezamos a generar un proyecto de destilación de aceite esencial. Presentamos un proyecto en un Fondo Provincial y pudimos armar un laboratorio. Luego, en este último tiempo, también arrancamos con un proyecto que ganamos en el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, para generar aún más valor agregado y producir cosmética natural”.
En el 2021 se consolidó de manera formal como cooperativa de trabajo, asesorados/as por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Jaimovich expresó: “Nos posibilitó poder obtener la matrícula formalmente y ese ha sido el vínculo en ese momento con el INAES y la forma de poder constituirnos, que realmente nos fue muy útil para que no se nos haga muy muy difícil la burocracia y los tiempos en que se obtienen estas matrículas, y eso la verdad que lo hemos valorado muchísimo”.
Cooperativas en barrios populares
“Entendemos que es muy importante poder desarrollar el cooperativismo sobre todo en estas zonas tan desfavorecidas de las grandes ciudades, porque también invita a un montón de vecinos y vecinas que nos ven como trabajamos y que nos acompañan de alguna manera a pensar otras formas de organización del trabajo”, cuenta el tesorero.
“Tenemos un proyecto de desarrollo de huertas familiares villeras, en el cual la cooperativa dona a más de 80 familias de estas villas plantines de estación, asesoramiento y a veces insumos como mangueras o sustrato para poder desarrollar sus huertas familiares”.
“Eso nace de esta forma de cooperativa, que también genera en las personas de la comunidad nuevas formas de ver el mundo y de ver también que hay otras formas de organizar el trabajo y de acompañarnos y de tratar de ir juntos hacia un mundo mejor”.