La ciencia argentina descubrió una molécula que promete avances ante esta enfermedad.
Un equipo de investigación del CONICET y de la Fundación Leloir, identificaron una posible clave que mejoraría los tratamientos contra el Parkinson. A través del trabajo en conjunto se encontró la molécula TNF como la responsable de la muerte de las células trasplantadas en el cerebro durante los tratamientos experimentales para esta enfermedad. Los resultados de esta investigación -que fueron publicados en la revista científica PLOS One- configuran un importante avance a la hora de comprender al Parkinson y las terapias celulares, contemplando las que ya existen como las que están en desarrollo.
En los ensayos que se llevaron adelante, hubo obstáculos tales como la baja cantidad de neuronas dopaminérgicas que se implantan en el cerebro para reemplazar a aquellas que se mueren en el proceso degenerativo; de esta manera, el equipo científico de la Fundación Instituto Leloir llegó a individualizar lo que podría ser una clave para mejorar su tasa de supervivencia, ya que en los animales de laboratorio se encuentra una molécula involucrada en la inflamación que se genera al inyectar estas células en el cerebro, lo que facilitó llegar a la conclusión de que al inhibirla, un mayor número de de ellas se mantenían en funcionamiento.
Fernando Pitossi, jefe del Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso de la Fundación Instituto Leloir, en diálogo con Télam, cuenta que “en este momento hay tres ensayos clínicos en el mundo con células madre pluripotentes que generan neuronas en el laboratorio: uno en Japón, otro en Estados Unidos, y otro en el Reino Unido y Suecia”, y continúa, “se inyectan en el cerebro del paciente con Parkinson con la intención de reemplazar la dopamina que les falta por la muerte de neuronas propias. El problema es que el trasplante es poco eficiente: sólo sobreviven un 10% o menos de las células que se inyectan. Nuestro grupo se preguntó cómo hacer, que terapia complementaria se podría desarrollar para que estas células sobrevivan más, mejore la eficiencia del trasplante y por ende, el tratamiento”.
Este descubrimiento si bien es un paso hacia adelante, necesita de más investigación para poder dar con los efectos de la inhibición de la molécula TNF, y así garantizar que no tenga efectos adversos. Este avance promete un camino que conduzca a tratamientos más efectivos y una mejor calidad de vida para aquellas personas que transitan la enfermedad del Parkinson.
Según informó la Agencia CyTA Leloir, el primer estudio clínico sobre terapia celular para Párkinson se realizó hace 35 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS), expresó que más de 8,5 millones de personas padecen de esta enfermedad en todo el mundo, y afecta mayormente a personas que tienen más de 65 años. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del mal de Alzheimer. En nuestro país, se estima que existen entre 70.000 a 100.000 pacientes.
Los síntomas están asociados a las funciones motoras y a una amplia variedad de complicaciones no motoras que se vinculan al deterioro cognitivo, trastorno del sueño, y demás.
“Hay muchos proyectos como éste y otros que son mucho más importantes, que dependen del apoyo del Estado”, dice Pitossi y agrega, “todos los autores de este trabajo somos miembros del CONICET. Esto, sin apoyo público o un CONICET fuerte, no es posible”.