Un argentino transforma plástico reciclado en anteojos de alta calidad

Share on whatsapp
Share on facebook
Share on twitter
Share on email

El argentino Martín Vázquez le dio vida a una empresa que recupera plástico y lo recicla para hacer anteojos 100% sustentables.

Martín Vázquez creó Qualia Eyewear, una empresa que fabrica anteojos con plástico reciclado en su totalidad. Así, el material que es protagonista de la contaminación que invade los mares del mundo, representa una solución y una oportunidad impulsada por una empresa argentina.

Nacida en San Nicolás, en 2016, Qualia Eyewear comenzó a destacarse por su propuesta innovadora y el compromiso ambiental. Vázquez, ingeniero de profesión, emprendió esta idea acompasada a la necesidad de cambiar su estilo de vida y, a la vez, poder inspirar a que otras personas se movilicen por el planeta. Explorando formas de abordar el problema de la contaminación, empezó a incursionar con máquinas caseras de reciclaje en el patio de su casa; este proyecto personal se convirtió en una empresa con la misión de demostrar que se pueden crear productos de calidad a partir de materiales reciclados.

Desde Qualia se encargan de medir y compensar su impacto sobre la huella de carbono, y toman acciones como la plantación de árboles nativos en bosques degradados de la Patagonia, en colaboración con la ONG Reforestar. También trabajan con otras ONGs de nuestro país, y protagonizan proyectos que abordan desde la lucha contra la contaminación plástica marítima, hasta la promoción de la salud oftalmológica en comunidades que cuentan con pocos recursos.

El mecanismo para poder llevar adelante la producción de anteojos consta de, en primera instancia, recolectar redes y cajones de pesca del mar argentino, que contaminan las playas de la Patagonia, los procesan y luego los utilizan como materia prima. De esta forma, ya llevan reciclados más de 20.000 kilos de plástico. Este proyecto también cuenta con la participación de oftalmólogos y oftalmólogas que donaron más de 400 anteojos a personas que lo necesitan y que por razones económicas no tienen acceso a ellos. 

“Empecé a buscar ayuda con fabricantes de anteojos de verdad y estuve un año tocando puertas. Un día estaba desesperado, yo había renunciado a mi trabajo, estaba atrapado por este sueño. Entonces me fui a Buenos Aires y recorrí las fábricas. Todas me dijeron que no y la última, me dijo que si, les había interesado el proyecto. Probamos el material y todo funcionó bien. En dos meses, me habían hecho un lote de 3.000. Ahí fue cuando dije ‘¿qué hago?’. Justo me dieron los 3.000 entrando al verano. Eran todos anteojos de sol. Yo tenía pensado un nombre, los valores de la marca, objetivos en el corto plazo, entre otras cosas, pero no había armado nada. El objetivo que tenía era tener un anteojo de plástico reciclado en mi mano, ahora tenía 3.000. Ahí apreté el acelerador a fondo, armé una página web, un manual de marca, la misión, la visión y bueno, fue una carrera larguísima. El 5 de diciembre de 2017, empezamos a vender y desde el primer día, se empezó a vender muchísimo. Entendí que el mercado había reaccionado bien. No había vuelta atrás”, contó Martín Vázquez en una nota con Puntal, y detalló: “no usamos cualquier tipo de plástico ni las tapitas de gaseosa por ejemplo, lo que utilizamos es nylon. Llevamos más de 20.000 kilos de plástico reciclados y más de 40.000 anteojos vendidos”.

Esta empresa argentina es una demostración de que, a lo que muchas personas consideran un desecho, se le da una nueva utilidad con triple impacto que concentra lo ambiental, lo social y lo económico.

TEMAS: