La industria espacial argentina construyendo el futuro

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Nuestro país cuenta con la capacidad de hacer satélites de alta complejidad con la participación de actores públicos y privados.

Tanto la industria satelital como la aeroespacial, son sectores estratégicos que posiciona a nuestro país dentro del mercado internacional con desarrollos innovadores. Sin dudas, el auge y crecimiento que demuestran estas áreas, brindan un horizonte alentador de cara al futuro.

Con la articulación público-privada, se pone a prueba un factor creativo necesario para impulsar propuestas que innoven la productividad de las pequeñas y medianas empresas nacionales. Paracaídas para pilotos de aeronaves, un cohete espacial con biocombustibles y un sistema de imágenes satelitales para industria 4.0 minera y petrolera, son algunos de los ejemplos que enmarcan el salto cualitativo de la industria nacional. 

Argentina conforma el reducido grupo que desarrolló satélites geoestacionarios (GEO) de comunicaciones. China, Estados Unidos, India, Israel, Japón, Rusia y un puñado de países de la Unión Europea, acompañan a nuestro país. El satélite GEO cuenta con la particularidad de quedar sobre un mismo punto en relación a la tierra.

En este sentido, ARSAT-1 y 2, marcan un hito en la historia de la industria espacial argentina. Y fue en épocas de la Argentina industrializada, donde este sector no fue la excepción, y las Fuerzas Armadas impulsaron y desarrollaron la producción de cohetes, y luego formando parte de la carrera espacial. Este camino se truncó debido al corrimiento del Estado en cuestiones fundamentales y la privatización de las empresas que contemplaban recursos estratégicos para el crecimiento.

El ARSAT-1 fue el primer satélite geoestacionario argentino, y comenzó a prestar servicios en la posición 72° Oeste en banda Ku. Su objetivo se basó en transportar señales de video y brindar servicios de televisión directa al hogar y de acceso a Internet para su recepción en antenas VSAT y servicios de datos y telefonía sobre IP, no solamente a la Argentina, sino también, abasteciendo a toda la región. 

El ARSAT-2 fue diseñado para brindar servicios de telecomunicaciones sobre el continente americano en las coberturas sudamericana, norteamericana y hemisférica. Este se ubica en la posición orbital 81° Oeste, con 3 antenas que emiten en banda Ku y C. 

Por su parte, el ARSAT-SG 1, se ubica en la posición geoestacionaria 81°O y co-ubicado con el ARSAT-2, será el primero de alto rendimiento con la tecnología HTS, y el primer satélite nacional en operar una carga útil en banda Ka. Además, brindará banda ancha satelital confiable y de alta calidad en zonas rurales de baja densidad de población, encontrando una alternativa para el despliegue de la infraestructura terrestre. 

En la actualidad, la industria satelital y aeroespacial nacional, son impulsadas por empresas como Aeroggining, LIA Aerospace e Ingeap, que marcan un precedente en el cual nuestro país puede ser competitivo en el mercado internacional y posicionarse dentro del sector.

“Es un mercado completamente global. Las grandes compañías que hacen estos sistemas son corporaciones internacionales con mucha experiencia, pero una compañía con un satélite más pequeño no puede gastar lo mismo o más en un sistema de propulsión. Eso es el Newspace, empresas que están haciendo cosas muy disruptivas y que logran bajar los costos con un riesgo mayor, por eso pueden contratar a una start-up como la nuestra a un precio accesible y a un costo que le cierra”, expresó Dan Eterberg, CEO de LIA Aerospace

En este camino de articulación público-privada, la Secretaría de Economía del Conocimiento brindó financiamiento a 21 proyectos con una suma que asciende a los $314 millones, por medio del Programa Potenciar Industria Satelital y Aeroespacial. La convocatoria de este año, cuenta con un presupuesto total de $950 millones y otorgará Aportes No Reembolsables (ANR) por $36 millones por proyecto individual y $81 millones a trabajos colaborativos.

Los tipos de proyectos admisibles son aquellos proyectos de fortalecimiento de procesos y/o servicios de la industria satelital y aeroespacial, proyectos orientados al desarrollo de prototipos, productos y/o nuevos servicios tecnológicos, y también, proyectos de escalado productivo, y proyectos destinados a la generación de plataformas tecnológicas.

Este financiamiento se destina a la adquisición de maquinaria y equipos, insumos, patentes, licencias y marcas, certificaciones y habilitaciones, reentrenamiento de recursos humanos relacionados con las actividades del proyecto, contratación de profesionales de la Economía del Conocimiento repatriados, y servicios tercerizados de ensayos de control, vinculados a la adquisición de máquinas y equipo, obras civiles edilicias, software, estudios intensivos en materia de la Economía del Conocimiento, profesionales inscriptos en el Registro de Articuladores de la Economía del Conocimiento. A su vez, integra los gastos destinados a la capacitación del personal femenino que integra la empresa en materia de innovación, tecnología y actividades de la Economía del Conocimiento, y financia cursos y carreras de especialización para el personal femenino que compone la empresa. 

“Formar parte del Potenciar Satelital y Aeroespacial fue una oportunidad muy grande que nos permitió incorporar equipamiento y ampliar nuestras perspectivas. Para las empresas pequeñas como éstas es un apalancamiento importantísimo porque nos da el soporte necesario para innovar en técnicas y para desarrollar productos innovadores, sin ese soporte sería mucho más difícil poder dedicarle este tiempo y estos recursos a una idea de investigación y desarrollo”, opinó Francisco Tibaldo, Director Ejecutivo de Ingeap.

En agosto pasado, se realizó la jornada “New Space en Argentina” para impulsar la innovación aeroespacial y su rol estratégico en la Economía del Conocimiento, el cual tuvo como finalidad poder expresar las diferentes voces en torno a la potencialidad estratégica del sector aeroespacial y su integración en la Economía del Conocimiento para que nuestro país sea un actor influyente en el escenario global. Los focos fueron la inversión en la investigación y desarrollo, también se puntualizó en la visión de futuro con la cooperación mancomunada entre el sector público y privado. 

“El apoyo y la voluntad de seguir invirtiendo y comprometiéndonos con la industria espacial”, señaló Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y agregó: “me ha tocado en estos años como Ministro vivir muy de cerca el tema espacial. Recientemente participamos de la 4ta edición de la Reunión de los Líderes de la Economía Espacial realizada en el marco de la reunión del G20 en India. Es impresionante ver cómo Argentina es un actor particularmente importante, porque es uno de los pocos países de América del Sur que tiene desarrollo en el tema”.

Aparecen nuevos actores científicos-tecnológicos que traen consigo nuevas oportunidades de inversión y financiamiento que junto al acompañamiento efectivo de las políticas públicas, construyen un camino de soberanía científica. La actividad espacial argentina es una oportunidad que sienta las condiciones para el desarrollo y el despliegue de todo su potencial creativo hacia un futuro con más empleo y más oportunidades de inserción virtuosa al mundo.

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