MenstruAR: el primer programa nacional de gestión menstrual

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En un acto realizado en la Casa Patria Grande, el día de ayer se lanzó el Programa Nacional MenstruAR” con el objetivo de reducir la desigualdad que implica la menstruación. 

El programa

El Programa Nacional de Gestión Menstrual pone una vez más sobre la mesa una problemática que se encuentra presente hace años: la desigualdad que implica la menstruación. Con el objetivo de reducirla, el programa está destinado a gobiernos provinciales y locales, y se enmarca en la Línea de Gestión Menstrual implementada en marzo de 2022 por la Dirección Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad. 

Uno de los fundamentos del programa es garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual a través de fortalecer los programas municipales que la abordan y para ello se entregan productos, se generan instancias de formación sobre la gestión menstrual y educación sexual integral

Además, se elaboraron dos materiales de gran utilidad, el cuadernillo “La gestión menstrual como derecho” y el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual” destinados a las organizaciones sociales que trabajen estas temáticas con perspectiva de género, diversidad y discapacidad.

Ayelén Mazzina, ministra de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación, realizó una serie de comentarios en el lanzamiento que tuvo lugar el lunes 29 en Casa Patria Grande, ubicada en Carlos Pellegrini 1289, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que dan cuenta de la importancia de la medida. 

Con la creación del Programa MenstruAR transformamos en política pública una línea de acción que se viene impulsando en todo el país, para igualar el acceso a la gestión menstrual, a la información, a la salud”, sostuvo. Venimos entregando copas menstruales en todo el país y trabajando con las provincias en talleres de ESI comunitaria, para que menstruar no sea un tabú ni un obstáculo. Para ampliar más derechos y más posibilidades”.

Mazzina también agregó:en Argentina hay personas que no llegan a cubrir todos los meses el costo de uno o dos paquetes de toallitas, y terminan recurriendo a paños o trapos que ponen en riesgo su salud. Además, por incomodidad o vergüenza terminan faltando a la escuela o a otras actividades. Por eso, hablar de menstruación es también hablar de desigualdades”.

¿Por qué menstruar implica una desigualdad?

Siguiendo la línea de lo dicho por la ministra, algunos datos nos ayudan a comprender este fenómeno. Según el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”:

El 99% de las personas encuestadas se reconocen mujeres cis.

El 75% de las personas encuestadas utiliza toallitas descartables (60%) y tampones (15%).

Entre el 40% y el 50% desconoce los efectos secundarios que tiene sobre la salud el uso de toallitas y tampones y su impacto ambiental. 

El 43% tuvo que modificar alguna vez sus hábitos de uso de productos de gestión menstrual por razones económicas.

Más del 95% de las personas que participaron del relevamiento considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual, así como también, distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios.

Los medios de comunicación y las redes sociales aparecen como los principales canales (48%) de información sobre este tema.

Algunas personas han limitado su participación en distintas actividades tanto recreativas (50%) como educativas (35%) y laborales (22%) durante el ciclo.

Las mujeres y personas menstruantes encuentran un factor más que las separa del pleno acceso a los derechos. Darle a la menstruación el carácter intrínsecamente político que tiene, es pensar que no existe justicia social sin justicia menstrual. 

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