Absuelto no significa inocente

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En el año 2018, al calor de la marea verde, Thelma Fardin realizaba la primera denuncia pública en una conferencia de prensa acompañada por el colectivo de Actrices Argentinas. Con una valentía inmensa, la actriz decidió exponer por medio de un video que Juan Darthés había abusado de ella sexualmente cuando era menor de edad en una gira de la telenovela Patito Feo en el año 2009, en un hotel en Nicaragua. 

A partir de ese momento, comenzó por un lado un largo proceso judicial y por otro, un antes y un después en la vida de la actriz. Thelma se convirtió en testimonio vivo de un sistema patriarcal que silencia a las víctimas, de una justicia de tiempos lentos y de todo lo que implica ser mujer y denunciar. Sin embargo, también recibió el apoyo de incontables personas a lo largo del país, que creyeron en ella y reconocieron la importancia de contar su historia. Sin dudas, el caso se posicionó como hito en la historia feminista argentina y sienta un precedente para las infancias víctimas de abuso sexual

Cinco años después de aquella primera denuncia, la justicia brasilera determinó la absolución a Juan Darthés en el juicio por violación a la actriz. En términos de derecho, “absolver” se refiere a la acción de despojar de responsabilidad penal a quien haya sido acusado de un cierto delito o, cuando se trata de un proceso civil, a no considerar las pretensiones incluidas en una demanda.

Para las personas que no se encuentran vinculadas al mundo del derecho, o bien para quienes esta lectura les convenga, es frecuente igualar “absuelto” con “inocente”. Sin embargo, es fundamental entender que no siempre son sinónimos. Para este caso en particular, Thelma lo explica de manera muy clara en uno de sus posteos de Instagram. El fallo reconoce que los hechos denunciados sucedieron, pero que no existen pruebas suficientes para realizar una condena

En la misma publicación agrega que los jueces interpretaron que hubo actos de violencia sexual pero que el delito está proscripto. En este punto se abre una cuestión en la que resulta pertinente detenerse. 

El Código Penal de la Nación establece que una víctima de abuso sexual tiene hasta 12 años para iniciar un proceso judicial contra la persona acusada. Con la sanción de la Ley Piazza en 2011, el plazo comenzó a computarse desde el momento en el que la víctima cumple 18 años. Por último, en el 2015, se aprobó la Ley 27.206 conocida como “Ley de Respeto de Tiempos de las Víctimas” y se plantea que el plazo comience a transcurrir desde el momento en que la víctima decidiera efectuar la denuncia.

Ahora bien, no sólo existen interpretaciones cruzadas sobre lo que sucede con quienes fueron víctimas en los años previos a las modificaciones, sino que además el caso cuenta con la particularidad de que intervienen tres países. Si bien el actor y la actriz son argentinos, el hecho tuvo lugar en Nicaragua donde realizaban la gira y el juicio se llevó adelante en Brasil, donde se encuentra viviendo actualmente Darthés con su familia. 

Retomando la cuestión de la proscripción, muchas veces se produce un sobreseimiento del acusado por este motivo, poniendo fin al proceso penal aún en casos en los que el asunto no se encuentre resuelto. 

Alrededor de la absolución y la prescripción se abren dos debates fundamentales en torno a la justicia. Por un lado, se destaca la contradicción estructural entre la necesidad de altos niveles de pruebas del abuso o violación, y la naturaleza de estos hechos que suelen ocurrir en el ámbito privado: sin testigos ni registros de ningún tipo

Por otro lado, en la mayoría de los casos los niños y niñas no cuentan con las herramientas para procesar situaciones traumáticas y muchas veces no tienen la posibilidad de identificarlo y/o de verbalizarlo. De esta manera, el respeto a los tiempos de las víctimas no siempre coincide con los que la justicia plantea para que las acusaciones resulten vigentes. 

El sábado 13 de mayo, Thelma realizó junto a su equipo una conferencia de prensa en las oficinas de Amnistía Internacional en Argentina, en la que habló al respecto del fallo y de los temas mencionados anteriormente: “Nos dicen que vayamos a la justicia, vamos a la justicia, y el propio fallo dice que está probado gran parte del abuso sexual, que está aprobado que me practicó sexo oral, la penetración con sus dedos, pero como ocurrió en el 2009 está prescripto. Si hubiera ocurrido en el 2010 no estaría prescrito. Hay que elegir en qué momento a una la abusan. Y pide y explica que no hay prueba suficiente respecto del abuso sexual con acceso carnal respecto de su pene. ¿Qué esperan? ¿Qué le están pidiendo a las infancias? Que les pide la justicia a las infancias, ¿Que se filmen cuando son abusadas?”.

El inicio de la conferencia es una interpretación contundente sobre los hechos hasta el momento. La actriz sostiene: “Creo que el cambio que hicimos, del cual mi caso es solamente un emergente, un ejemplo más, es una batalla que ganamos y es un espacio que conquistamos. Por supuesto que la justicia va a ser el último bastión de un sistema históricamente violento y patriarcal. Y quiero pedir a todas esas personas que se atrevieron a romper el silencio, a hablar, después de aquella conferencia en el 2018 no sientan que esto nos adoctrina. No me adoctrinan a mí, por favor que no los adoctrinen a ustedes”.

El fallo en primera instancia fue un mensaje que dice de manera muy clara que las cosas no son sencillas para las víctimas. Pero la disposición de Thelma Fardin y su equipo de profesionales a ir a segunda y tercera, así como a las Cortes Internacionales, son la respuesta que grita que el silencio ya no tendrá lugar nunca más.  

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