De vivir en una camioneta a recibirse con el mejor promedio en la Universidad Nacional de Mar del Plata

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Loreley Laboratto y su familia encarnan una historia cargada de esfuerzo, amor, superación y sueños por cumplir. La joven egresó este año con el mejor promedio (9,28) de la Escuela Superior de Medicina perteneciente a la Universidad Nacional de Mar del Plata, “siempre estudié con las ganas de aprender”, aseguró.

A mediados de 2016, comenzó a cobrar fuerza la iniciativa de abrir la carrera de medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata, por entonces, Loreley estaba cursando su último año en la escuela secundaria y se comunicaba todas las semanas desde un locutorio con la universidad para enterarse cuanto antes de las novedades. “Sabía que por mis posibilidades económicas no iba a poder pagar la cuota de la facultad privada que era la única en la ciudad que dictaba la carrera y mucho menos iba a poder costear el traslado a La Plata, así que estaba atenta a la fecha de inscripción para no perder la oportunidad”, recuerda la joven de 24 años, que aprovechó la primer inscripción para comenzar sus estudios en 2017.

Loreley transitó junto a su familia un camino repleto de idas y vueltas, con complicaciones y superaciones. Con su padre Fabián, su madre Fabiana, y sus hermanos Franco y Lucas, transitaron difíciles momentos económicos que derivaron en situaciones adversas tales como la de vivir en una camioneta cuando eran pequeños. Su padre fue despedido de la empresa donde trabajaba en 2019 y comenzó a hacer ‘changas’ en su oficio de albañil. “Tuve la suerte de que mi familia siempre me apoyó en todo, tanto anímicamente como en la parte económica. Esta es una carrera en la que si tenés que trabajar, es muy complicado llevarla al día y a mis padres nunca les sobró nada”,  y sigue, “No tenía para comprar apuntes, tenía que leer desde el celular o con suerte desde el monitor de una computadora, fue una época muy dura y súper estresante”.
La familia de la flamante médica tiene una fuerte influencia positiva sobre ella, quien no duda en reconocerla: “Creo que este título es también de ellos, de mi papá y mi mamá que siempre nos inculcaron que lo que te salva es el estudio y que podés cumplir tus sueños. Este logro también es de ellos”.

Ya con el diploma en sus manos, Loreley se tomará unos días de descanso para rendir el exámen único en el mes de junio, planeando realizar la residencia en la especialización Cardiología, en el mejor de los casos, en algún hospital de alta complejidad de Buenos Aires.

“Me gustaría agradecer a la Universidad Pública, porque si no hubiera surgido esta gran oportunidad en el año 2017, justo cuando terminaba la secundaria, nunca hubiera podido cumplir este sueño”, publicó Loreley Laboratto en sus redes sociales. Por otra parte, su hermano mayor se recibió de abogado y su hermano menor está a punto de recibirse como ingeniero químico, “nos convertimos en los 3 primeros títulos de la familia”, cuenta llena de orgullo.

Sin dudas, la universidad pública y gratuita, se constituye como una herramienta fundamental para crear una sociedad con más igualdad de oportunidades, aumentando los niveles de inclusión y fortaleciendo los lazos de un pueblo organizado en un proyecto colectivo. La universidad pública y gratuita, es un derecho y no un privilegio.

“Prometo ejercer esta hermosa profesión hasta el último día de mi vida con el mismo amor que sentí desde el primer día en que la elegí, y por el cual, la volvería a elegir un millón de veces más”, concluyó la nueva médica marplatense.

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