Nacida en La Quiaca y criada en Tilcara, Magda es Ingeniera Agrónoma, egresada de la Universidad Nacional de Jujuy y es conocida por ser una de las mayores referentes internacionales del cultivo de papa.
Se recibió de Ingeniera Agrónoma en el año 1991, pero su cercanía con las papas viene desde su infancia, ya que recibió de su abuela el legado originario y afro. Es por eso que, además de desarrollarse como investigadora y conferencista, reivindica con determinación los saberes originarios y ancestrales de su comunidad: “Estudié en espacios urbanos y rurales. Es parte de mi identidad andina y me siento orgullosa de eso”, afirma.
También se encarga de impulsar el rol de las mujeres en el campo, quienes como productoras van profundizando su conocimiento en cuanto al trabajo que realizan en la tierra. En este camino de integración entre el conocimiento científico y popular, es creadora y promotora de la Licenciatura en Cocina Regional y Cultura Alimentaria, dictada en la UNJU y en la Universidad Nacional de las Artes. Esta licenciatura, aúna a las tradiciones gastronómicas y agroindustriales de cada región de nuestro país, dándole un mayor lugar a la soberanía alimentaria y a la diversidad cultural.
“Falta mucha visibilización del rol de la mujer en el campo. Nosotras somos las principales guardianas de la sustentabilidad porque cuando conservamos las semillas y el agua, lo hacemos para las generaciones que vienen. Y somos más resilientes en estos tiempos de crisis climática cuando sube el río o viene la sequía y se pierde la cosecha porque los pequeños productores no tienen seguros; es la mujer la que vuelve con empuje al campo a reconstruirlo todo”, sostiene Magda.
Magda Alejandra es un nombre de origen europeo, sin embargo, Choque en aymara es ‘papa semilla’ y Vilca, que proviene del quechua, significa ‘piedra sagrada’. Ella asegura que la papa es todo un mundo en sí mismo, ya que en nuestro país existen 62 variedades y más de 3.000 a nivel mundial. No solamente es un alimento sino que es utilizada por la industria farmacéutica, textil, maderera y del papel. Es un cultivo con fuerte identidad en estas tierras pero con alcance universal.
“En lo personal me siento la ñusta de las papas. ¿Quiénes son las ñustas? Son esas mujeres del imperio incaico que tenían toda una preparación en todos los sentidos, para poder proyectar desde su rol de mujer un liderazgo a través de sus diferentes cualidades. ¿Y por qué digo que me siento la ñusta? Porque creo que ellas me han empoderado tanto de mi identidad que no me alcanzaría la vida para agradecer todo lo que le debo a mis papas”, dice Choque Vilca y continúa, “Las papas son el mayor orgullo que siento, porque cuando uno habla de papa habla de tierra, de pacha, de parir esos frutos de la tierra y que sean sabrosos, generosos. Las papas son las nodrizas de América, son esas mamachas”.
Magda hace hincapié en la importancia de recuperar una mirada comunitaria en la ciencia. Choque Vilca asegura que, desde sus inicios la ciencia nace puesta al servicio de la comunidad. Por eso, propuso a través de la práctica, alejarse de las instituciones científicas que hacen ver al saber como un conocimiento encriptado, y se acercó considerablemente a trabajar con la comunidad y el campesinado, dedicándose a hacer ciencia en el territorio.
“Tenemos la deuda de reconocernos, valorar nuestro territorio, lo que somos y lo que tenemos. América morena es inmensamente rica, el desafío es poner en valor todos nuestros recursos. Que podamos elegir quedarnos, que no tengamos que irnos. Pero que nos quedemos con equidad: con opciones, con conectividad y con recursos”, concluye la Ingeniera Agrónoma que se compromete constantemente para enaltecer sus tradiciones ancestrales y expandirlas con sus creencias e identidad.
