El cambio climático, los desastres naturales y las modificaciones en el ecosistema tal como lo conocemos, son temáticas que convocan a las juventudes cada vez más. El futuro de nuestro planeta es una cuestión que conmueve a las generaciones que ya perciben las consecuencias de la intervención indebida del ser humano en su hábitat.
Recientemente, y con menos divulgación de la que amerita, en Argentina fueron identificados múltiples focos de incendio. El fuego arrasa con la biodiversidad, pone en riesgo la flora y la fauna presente en la zona y es extremadamente peligroso para las personas que viven y trabajan en aquellos lugares.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, por medio del organismo Servicio Nacional de manejo del Fuego (SNMF), establece que el 95% de los incendios son provocados por actividades humanas. También se encuentran las causas naturales como pueden ser la caída de rayos producidas por tormentas eléctricas. Otros factores climáticos contribuyen a la propagación del fuego y sus dificultades para detenerlo, como pueden ser las sequías y las altas temperaturas.
Alexander Bodner, Joaquín Chamo, Franco Rodriguez Viau y Ulises Lopez Pacholczak decidieron hacer algo al respecto y aportar desde su lugar a una problemática que se posiciona como prioritaria en la agenda de los movimientos por el cambio climático.
Ellos son exalumnos de la escuela secundaria técnica ORT y en 2019 cursaron su último año. Para su trabajo práctico final presentaron un proyecto que luego se convirtió en realidad: el uso de imágenes satelitales para prevenir incendios.
De esta manera crearon Satellites On Fire, una plataforma que identifica los focos de incendio y da aviso a centrales de bomberos, parques nacionales o dueños de campos.
Los protagonistas participaron y ganaron concursos de emprendedores como el concurso Impact Apps de la empresa Open Space y el Concurso Nacional de Innovaciones 2021. Así comenzaron el desafío de convertir su trabajo práctico en una empresa real que pueda ayudar a personas concretas. Actualmente son declarados de Interés Científico y Tecnológico por la Legislatura de CABA.
En acuerdos con la NASA y la agencia NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), Satellites On Fire analiza imágenes satelitales que recorren el continente americano cuatro veces por día, sumado a otros dos satélites geoestacionarios que acompañan la rotación terrestre y apuntan siempre al mismo lugar brindando información cada 10 minutos.
Hoy ofrecen una serie de productos, uno que permite a cualquier persona que descargue la aplicación una visualización de focos de calor detectados casi en tiempo real. Luego, un sistema de alertas por medio de una suscripción mensual en la que las personas usuarias pueden delimitar su territorio (por ejemplo, propietarios/as de campos) y recibir notificaciones a sus dispositivos. Por último, un registro histórico de los incendios ocurridos hora a hora.
Uno de los testimonios del Jefe Regional de Bomberos Voluntarios en la provincia de Córdoba, ilustra el impacto de la aplicación:
“En nuestra zona, cualquier columna que haya se alerta a la central por llamada, pero la gente ve una columna de humo, no sabe dónde se ubica el incendio. Entonces nosotros con el sistema podemos ver precisamente dónde está ubicado y los bomberos llegan mucho más rápido. En varias oportunidades lo detectamos directamente desde el sistema y dimos aviso a la jurisdicción correspondiente”.
Estos cuatro jóvenes son ejemplo de dos variables cada vez más interrelacionadas: juventudes y medioambiente. El caso nos invita a reflexionar sobre dos cuestiones fundamentales. Por un lado, es imprescindible dejar de pensar a los/as adolescentes como el “futuro” del país y entenderlos como sujetos de cambio presente, con voz y herramientas para generar impacto en el panorama actual. Por otro lado, es urgente dejar de interpretar los desastres naturales como algo que sucederá “más adelante”, que será problema de las próximas generaciones y que no es algo que ya comenzó.
Entender que el cuidado del planeta es responsabilidad de todos y todas y que estamos a tiempo de modificar nuestro vínculo con el lugar donde vivimos es esencial y constituye una nueva manera de hacer política.
