Monseñor Jorge García Cuerva brindó una misa ante adolescentes y jóvenes estudiantes, refiriéndose a la situación social del país y llevando un mensaje a quienes iniciaron el ciclo lectivo 2024.
Este sábado se realizó la “Misa por la educación” en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. En el marco de esta celebración, monseñor Jorge García Cuerva, en su calidad de arzobispo porteño, expresó un mensaje con respecto a la situación social del país.
Con la presencia de adolescentes y jóvenes que iniciaron el ciclo lectivo 2024, puntualizó su discurso a aquellas personas que piensan en dejar el país.
“Seguro escuchamos a gente decir ‘este país es una porquería, un desastre, no salimos más, me quiero ir’. Y algunos con lo único que sueñan es en irse del país. No muchachos, la Argentina somos nosotros”, dijo García Cuerva, y continuó, “si todos los que queremos una Argentina buena, justa, solidaria, nos ponemos las pilas, somos más”.
“No dejen de soñar. Soñar con ser felices. Soñar con elegir la profesión o el trabajo que quieras. Y le pido a todos que soñemos con una Argentina mejor”, afirmó el arzobispo de Buenos Aires.
También dedicó sus palabras a la situación que se está viviendo en la ciudad de Rosario, con la proliferación de delitos vinculados al narcotráfico y la ola de violencia aparejada a este conflicto.
“El Papa Francisco alguna vez dijo, ‘hagan lío’, y en realidad hacer lío significa ponerle garra a la vida, ponerle entusiasmo, ponerle vida. No da todo lo mismo. Por eso vivan con entusiasmo”, dijo el referente católico trayendo las palabras de Francisco a pocos días de cumplirse 11 años de que el argentino asumió como Sumo Pontífice, el mismo que designó al arzobispo en su función en 2013.
En el mismo sentido, llamó a los chicos y chicas presentes que no abandonen sus sueños y que se “pongan las pilas con el estudio”, remarcando que de esta manera y con la mayor preparación posible serán quienes construyan el mejor futuro para nuestro país.
García Cuerva, nacido en la ciudad santacruceña de Río Gallegos el 12 de abril de 1968, es reconocido por su gran saber académico gracias a sus estudios empeñados en Filosofía y Teología, y por su capacidad por convocar a la inserción pastoral en diversos ámbitos como el carcelario y por una profunda trayectoria en los barrios populares de conurbano bonaerense.