Será beatificada luego de la aprobación que dio Francisco sobre un milagro atribuido a su persona.
María Antonia de San José nació en 1730 en Santiago del Estero, y fue fundadora en Buenos Aires de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires. Falleció el 7 de marzo de 1799, fue conocida popularmente como ‘Mama Antula’.
El proceso de glorificación lo comenzó en 2010, cuando el ex papa Benedicto XVI reconoció en ella que practicó virtudes cristianas de grado heroico, por lo que la consideró ‘venerable’. En 2014, la tumba de Mama Antula fue declarada como Sepulcro Histórico Nacional.
Continuando este camino, en 2016 fue beatificada en Santiago del Estero luego de que el papa Francisco autorizara la publicación de un milagro que consistió en la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien recuperó la salud en 1904 por intercesión de la fundadora de esta congregación. La cura a la hermana Rosa Vanina no tuvo explicación médica y, de acuerdo a la documentación que se encuentra en la causa de canonización, se trató de una colecistitis aguda con síntomas agravados del shock séptico que por aquel entonces al no contar con antibióticos, era causa de muerte. La hermana Rosa se recuperó y el Vaticano se sirvió de esta prueba para demostrar el milagro.
El papa Francisco dio el visto bueno para promulgar el decreto sobre el milagro que se le atribuye a la beata y se convertirá en la primera santa argentina con una ceremonia de canonización que se llevará a cabo a mediados de 2024 en la Plaza de San Pedro, ubicada en Roma. “Que su ejemplar testimonio cristiano, especialmente su apostolado en la promoción de los ejercicios espirituales, despierte el deseo de adherirse cada vez más a Cristo y al Evangelio”, había expresado Francisco en el Ángelus del 28 de agosto de 2016.
El nombre de Mama Antula fue concedido por el pueblo tras la expulsión de los jesuitas del país, y confiando en la Providencia, fue por cada una de las poblaciones más vulnerables del nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales en base al espíritu ignaciano.
En tanto su proceso de canonización, consistió en el milagro producto de la recuperación conmovedora de un hombre nacido en 1959 que ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos con muy pocas posibilidades de retomar su vida normal debido a diversas lesiones irreparables.
“En los albores de la Patria, cuando aún el territorio formaba parte del virreinato del Perú, una mujer laica, vestida con ropa de varón (un hábito jesuita), puso en valor la dignidad femenina, en épocas en las que las mujeres vivían para ser madres o para ser monjas, no leían ni escribían y les estaba vedada toda actuación social independiente respecto de un hombre”, resaltó la Agencia Informativa Católica de Argentina (AICA) y continuó, “recorrió a pie casi 5.000 kilómetros por el virreinato del Perú -a lo largo del territorio de las actuales provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba- y, cuando Buenos Aires pasó a ser el centro del virreinato del Río de la Plata, se instaló en las costas porteñas, donde ‘puso de moda’ los ejercicios espirituales ignacianos y construyó uno de los edificios más antiguos de la ciudad: la Santa Casa de Ejercicios (de 1784), aún en funcionamiento”.
La historia de Mama Antula representa una fuerte demostración de fe y de lucha por el proceso independentista de nuestra Patria. El papa Francisco, hasta el momento, ya convirtió en santos al argentino José Gabriel ‘cura’ Brochero en 2016 y al italo-argentino Artémides Zatti en 2022.
