A 9 años de la irrupción del movimiento Ni Una Menos, hubo movilizaciones masivas en todo el país manifestándose en contra de la violencia de género.
El grito de “Ni Una Menos” se volvió a escuchar en todo el país, al conmemorarse nueve años de aquel 3 de junio del 2015 que daría inicio a uno de los movimientos más representativos a nivel mundial de la lucha contra violencia de género y los femicidios. Aquel día, una multitud se concentró frente al Congreso de la Nación, en la ciudad de Buenos Aires, y le dio vida a un hecho histórico que repercutió a lo largo y ancho del país. Hace pocos días habían asesinado a Chiara Páez, una adolescente santafesina de 14 años que cursaba un embarazo avanzado. Este acontecimiento fue el detonante que le dió lugar a la expresión masiva en las calles.
Justamente, fueron las calles el escenario constitutivo de este movimiento que se forjó como espacio de contención y reflexión sobre los derechos vulnerados de millones de mujeres. El avance cultural fue inmediato: lejos de quedarse en junio de 2015, año tras año tomó mayor fuerza, estableciéndose en la agenda pública.
El movimiento de Ni Una Menos impulsó los reclamos que se convertirían en políticas públicas, institucionalizando gran parte de las demandas necesarias para asistir a los sectores de la sociedad afectados, para tener un piso de derechos: contar con presupuesto para la implementación de la ley de protección contra la violencia de género, estadísticas sobre femicidios, acceso a la justicia, apertura de oficinas de violencia doméstica en las provincias, garantías de protección a las víctimas de violencia, entre otras.
Hoy, desde Jujuy a Tierra de Fuego, desde Misiones a Mendoza, miles y miles de personas se movilizaron unidas por un mismo motivo, en consignas que centraron su contenido en contra de los discursos de odio, el hambre, la Ley Bases y el DNU N° 70/2023. También se hizo foco en el triple crimen ocurrido en Barracas, donde fueron asesinadas tres mujeres por cuestiones de género, dando paso al reclamo bajo el lema “fue lesbicidio”. Además, la convocatoria apuntó contra la gestión del presidente Javier Milei, denunciando que las políticas con perspectiva de género “están siendo desmanteladas”.
De acuerdo al Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, en 2023 hubo 250 víctimas directas de femicidio, un 10,6% más que en 2022, cuando se registraron 226 casos. En ambos años, las cifras estuvieron por debajo de los valores prepandémicos, cuyo pico fue en 2019 con 260 víctimas directas de femicidio. Además, en al menos el 88% de los casos la víctima directa de femicidio tenía algún vínculo con el sujeto activo: 64% eran parejas, exparejas o tenían otro tipo de relación sexo-afectiva; 12% eran familiares, y también 12% tenían otro tipo de vínculo (amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos, etc).
En el día de hoy se volvió a visibilizar un reclamo masivo en contra de la violencia de género contra las mujeres y las diversidades, así también, levantar la voz por cada femicidio en Argentina. Según detallan los datos del Observatorio de Femicidios “Adriana Zambrano”, en los primeros 5 meses de 2024 se registró una víctima de violencia de género cada 28 horas y una víctima de femicidio cada 32 horas.
A 9 años del primer Ni Una Menos, es imprescindible fortalecer el compromiso de toda la sociedad para la prevención y el acompañamiento en casos de violencia de género. La igualdad de oportunidades, una justicia con perspectiva de género y la amplitud de derechos para la sociedad, son pilares fundamentales para saldar deudas históricas con un movimiento que se convirtió en un ejemplo de la lucha colectiva.
