Cuidemos la integridad sexual de las infancias

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En los últimos días, se hicieron de público conocimiento una serie de denuncias por abuso sexual y corrupción de personas menores de edad. Las acusaciones recayeron en hombres famosos de la televisión argentina lo cual hizo público y masivo el debate sobre el roles, responsabilidades, grados de culpabilidad y derechos de agresores y víctimas. 

¿Qué sucedió y quiénes son los implicados?

La denuncia al ex participante de Gran Hermano, Marcelo Corazza, por corrupción de menores en una investigación realizada por la División de Trata de Personas de la Ciudad, abrió una discusión repleta de versiones y sensaciones de distintas fuentes y ámbitos. El ganador de la primera edición del reality en 2001, quedó detenido junto a otros tres sospechosos en el marco de los seis allanamientos ordenados por la justicia, tras la investigación impulsada por una denuncia que involucra a menores de 11 a 14 años, trata de personas y testigos de identidad reservada que resultaron claves para el desarrollo del proceso.

Corazza y los demás sospechosos, están siendo investigados hace varios meses por integrar una organización que se dedicaría a la trata de personas menores. 

A los pocos días, llegaría una nueva denuncia mediática cuyo protagonista es Juan Martín Rago, más conocido como Jey Mammón. En este caso, un jóven llamado Lucas Benvenuto, denunció al conductor de ‘La Peña del Morfi’ por abuso sexual. Esta denuncia tiene su antecedente en el 2020, cuando Benvenuto inculpó a Jey Mammón en una denuncia donde resultó sobreseído por haber prescrito la acción penal. 

Según lo que indica la acusación, el hecho tuvo lugar en el año 2006, una década antes de que se sancionara la Ley 27.206 para que estas causas no prescriban. “La ley no es retroactiva”, afirmó el juez que dictó el sobreseimiento. 

“Hace un año y medio decidí hacer mi última denuncia porque me lleva tiempo poder hablar y denunciar. Esta persona está conduciendo un programa en Telefe. Es un conductor y músico. Yo salí con él desde los 14 años hasta los 17. Mi mamá ha estado al tanto de eso. Lo conoció. Mi mamá llamaba a su para preguntar: ¿Lucas llegó?. Él tenía 32 y yo 14.”, afirma el denunciante.

Por su parte, Jey Mammón reconoció en sus redes sociales haber tenido una relación con Benvenuto pero niega haber sido causante de un abuso sexual hacia el entonces menor de 18 años.

La actriz Thelma Fardin, habló sobre la denuncia y confesó: «Estoy en contacto con Lucas y está sufriendo, porque escuchar a tu victimario decir que fue una relación de amor y contención. A los 16 años, sin dudas que era una persona absolutamente vulnerable», y agregó, «Me alegra que estemos pudiendo hablar en este nivel de estas temáticas. Logramos poner sobre la mesa la cuestión de la prescripción. En mi caso y los de Calu «Dignity» Rivero, Anita Coacci y Natalia Juncos, fueron silenciadas por Juan Darthés porque no tenían paraguas en la justicia para denunciar y nadie decía que era por proscripción. Hay que agradecerle a Lucas por poner su nombre», haciendo referencia a la denuncia que efectuó por abuso sexual al acto actualmente radicado en Brasil.

Diferentes voces y el debate necesario para consensuar soluciones

Más allá de la veracidad de los hechos denunciados y de los tiempos propios de la justicia, se dieron a conocer diferentes visiones sobre qué lugar ocupan las víctimas: los diferentes grados de inocencia, culpabilidad y consentimiento.

Cobra un fundamental rol aquí la importancia del dictado de Educación Sexual Integral en las escuelas: “Cuando le damos lugar a la sexualidad en la escuela permite mostrar cuán urgente es incorporar un pensamiento complejo, abierto a lo incierto y lo caótico, abierto al diálogo, por las infancias y las adolescencias que lo necesitan.”, afirma Cecilia Rodríguez, psicóloga y especialista en Educación Sexual Integral y en Género y Políticas Públicas. “Por otro lado no tenemos que perder de vista que toda educación es sexual, no existe forma de no educar sexualmente, que la ESI es un derecho y que su implementación no depende de nuestras ganas o intenciones”, dijo Rodríguez.

En otro plano, el diseñador de moda Roberto Piazza, dió una particular opinión del tema: “No voy a defender a ninguno de los dos. Son dos vidas destruidas, la de la víctima y la del victimario”, quien calificó de “calentura momentánea” el motivo de la denuncia a Jey Mammón. Cabe destacar, que Roberto Piazza lidera una Fundación contra el abuso sexual infantil.

Estas declaraciones tomaron notoriedad y desde la organización Amnistía Internacional Argentina, salieron al cruce con profundos mensajes de concientización: “El abuso sexual en la infancia, no es un asunto de la vida privada. No es una ‘calentura’. No es ‘consumo’ sexual. El abuso infantil es un delito contra la integridad sexual.”, y culminan, “No hay dos vidas destruidas. Hay un niño o niña víctima y un adulto que comete un delito”

Es un compromiso transversal para nuestra sociedad, poder plantear la discusión y encontrar una solución que resguarde el bienestar y el desarrollo integral de las infancias. 
Llamá al 137 si sabés o sospechas que un niño, niña o adolescente está siendo víctima de un abuso sexual.

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