Este mes comenzaron a distribuirse de manera gratuita preservativos vaginales en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), un nuevo método anticonceptivo y de prevención de enfermedades de transmisión sexual en el país.
Este método no se produce ni se comercializa en Argentina, pero por medio de un acuerdo entre el Ministerio de Salud y algunas universidades nacionales, se convierten en instituciones pioneras en este aspecto de la salud sexual.
El preservativo
Entre los distintos métodos anticonceptivos en Argentina, se encuentran diferentes tipos tanto hormonales como no hormonales. Las pastillas anticonceptivas, el dispositivo intrauterino y el implante subdérmico son algunas de las opciones que existen para las personas con capacidad de gestar.
Sin embargo, el único método que también previene enfermedades de transmisión sexual (ETS) es el preservativo peneano, denominado de esta manera justamente porque sólo pueden utilizarlo personas con pene.
A los “métodos de barrera” (los que impiden que el espermatozoide llegue al óvulo) se le suma el preservativo vaginal, que cumple ambas funciones en términos de salud y prevención de embarazos no deseados.
Este es una funda delgada y resistente, similar al preservativo peneano, que cuenta con un anillo blando en cada extremo de diferentes tamaños. Un anillo se coloca internamente dentro de la vagina, mientras que el otro, cuyo extremo es abierto para permitir la penetración, queda afuera y cubre los genitales externos.
Entre sus características se puede mencionar que cuenta con el mismo porcentaje de eficacia que el peneano, es decir, del 95% en su uso correcto. Puede estar hecho de los materiales nitrilo o poliuretano en lugar de látex y se puede colocar hasta ocho horas antes del acto sexual.
La Universidad
La Consejería Integral en Salud y Derechos Sexuales y (no) Reproductivos de la Secretaría de Bienestar Universitario de la UNDAV es el ente disparador de este proyecto.
Los preservativos se encuentran a disposición en la conserjería para que cualquier miembro de la comunidad pueda retirarlos, así como también personas que se encuentren en la zona de la universidad. La misma funciona en el consultorio de salud de Bienestar Universitario, ubicado en el cuerpo B, planta baja de la sede Piñeyro, Mario Bravo 1460, de esa localidad del partido de Avellaneda.
Además, se brinda información respecto a las especificidades del método y sobre el ejercicio de la ciudadanía sexual.
«La política universitaria forma parte de esa línea estratégica. De llevar la salud, por fuera del sistema formal de salud, a través de las consejerías de género de las universidades», afirma Natalia Ayala. Ella trabaja en la Dirección de Respuesta del VIH e infecciones de transmisión sexual (ITS) del Ministerio de Salud y dirige la incorporación del preservativo vaginal.
Al respecto también se expresó Victoria Primante, quien forma parte de la consejería: “Nuestra responsabilidad es garantizar que todas las personas puedan acceder al sistema universitario en igualdad de condiciones. La universidad tiene que responder a las demandas sociales, dar respuestas, leer las problemáticas reales y completas de la población de su territorio. Solo así dejará de ser una universidad de élite».
¿Por qué es importante?
Esta política busca no sólo ampliar las opciones dentro del derecho a elegir sobre los propios cuerpos, sino que también es una forma de empoderamiento particular para las mujeres y disidencias con vulva.
La posibilidad de optar por este preservativo brinda una mayor autonomía para quienes lo usen, pudiendo ser estas personas las responsables de su colocación en el acto sexual más allá de la voluntad de la persona con pene.
Además, es un aporte a la visibilización y concientización sobre las enfermedades de trasmisión sexual, siendo la población joven la más afectada en los últimos años.