En las últimas horas, a partir del fallecimiento de Silvina Luna, se comenzó a problematizar con más intensidad aquellos estereotipos y cánones de belleza corporal, la presión social que existe hacia las mujeres y la necesidad de revertir el rumbo para que la belleza sea siempre un sinónimo de bienestar.
La noticia del fallecimiento de la actriz, modelo y conductora, Silvina Luna, irrumpió en la opinión pública, dando lugar a diversas voces que se pronuncian a favor de concientizar y rediscutir los estereotipos a los que se encuentran ligados los cuerpos de las personas. Históricamente, existe una presión social sobre las mujeres, en cuanto al ‘deber ser’ y las expectativas alrededor de su imagen corporal.
El ideal de un cuerpo perfecto, sin detenerse demasiado en las condiciones propias de cada persona, impacta directamente en la construcción de la identidad y la búsqueda de bienestar, recurriendo muchas veces a intervenciones estéticas que presumen ser realizadas bajo los más estrictos controles clínicos junto a los presuntamente más prestigiosos equipos profesionales.
La salud de Silvina Luna se fue deteriorando poco a poco, producto de la mala praxis que generó una insuficiencia renal. Las inyecciones de metilmetacrilato, habrían desencadenado el cuadro posterior. Las operaciones en el cuerpo de Silvina Luna le generaron una serie de complicaciones que se fueron agravando progresivamente, mientras que, Aníbal Lotocki, el encargado de llevar a cabo esas intervenciones y recomendaciones clínicas, se encuentra actualmente inhabilitado para ejercer su profesión, además, había sido denunciado en anteriores oportunidades también, por las negativas consecuencias de los tratamientos que él recomendaba y llevaba adelante.
En una actualización del 30 de diciembre de 2022, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), anunció la prohibición del uso de PMMA (polimetilmetacrilato) en productos cosméticos y en higiene oral odontológica. “Es un polímero, un agente extraño para el cuerpo, que no es biocompatible por eso genera granulomas, que es un conjunto de células inflamatorias y en algunos casos, como en Silvina Luna, produce hipercalcemia”, explicó Gabriel Lapman, médico cardiólogo y nefrólogo.
“La imagen es siempre la misma: mujer joven, delgada, blanca, sexualizada y semidesnuda hablando siempre de los mismos temas: amor romántico heterosexual, el deseo de tener hijos y tips de belleza. Al otro lado tenemos la representación de la masculinidad, donde el cuerpo y la apariencia física no tiene esa centralidad”, describió Maria Laura Pasquinelli, fundadora de Mujeres Que No Fueron Tapa, un colectivo que nació allá por 2015, con el objetivo de confrontar contra la concepción hegemónica en torno al ideal femenino de belleza.
“Estamos siendo todo el tiempo bombardeadas por estas imágenes de cuerpos que no se nos parecen, que en definitiva son imágenes que no solamente muestran algo sino que están contando un cuento, que es el cuento de lo que es la felicidad para las mujeres, cómo alcanzar la felicidad. La belleza se nos presenta como un camino para la felicidad de las mujeres”, agrega Pasquinelli.
Por otro lado, la artista Andrea Rincón se manifestó a través de sus redes sociales: “al fin y al cabo, lo único importante es lo que llevamos dentro, eso que nos hace únicos y especiales, eso que no se marchitará jamás”, reflexionó Rincón. También, hizo un descargo poniendo énfasis en la necesidad de entrar en conciencia como sociedad ante “esta carrera absurda e interminable por alcanzar los cánones de belleza y estándares imposibles”.
Es tiempo de consensuar entre los amplios sectores que componen la sociedad, para que la belleza esté vinculada al bienestar, dejando atrás la violencia estética y la presión mediática. Los hechos, las experiencias y el sentido de humanización sobre los cuerpos por sobre la cosificación material, deben ser fundamentos principales para poder conducir a un rumbo de plenitud en la salud mental y física de las personas.
