Tejedores rosarinos: derribando tabúes con aguja e hilo

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El movimiento Tejedores Rosarinos está integrado por varones tejedores que buscan generar un espacio de encuentro y reflexión sobre los estereotipos y roles de género. 

La idea nació en Chile, allá por el 2016, donde un grupo de hombres empezó a exteriorizar su gusto por tejer, dando inspiración a esta iniciativa llamada ‘hombres tejedores rosarinos’, que a base de ovillos de hilo y lana, le dieron forma al proyecto colectivo en la ciudad santafesina. A su vez, estos movimientos se van replicando en diferentes partes del mundo. Según cuenta uno de los integrantes, Nicolás Puccini, “nos pasó de mucha gente que se acercó a chismosear, y ahora aprendió a tejer y no para más. Vamos haciendo una trama de vínculos”.

“Cuando iniciamos el movimiento, éramos 20 hombres y armamos un encuentro en la Isla de los Inventos. La idea era hacerlo al aire libre, sentados en el pasto, pero ese día de febrero de 2019 llovía y tuvimos que hacerlo dentro del espacio municipal. Luego se empezaron a acercar mujeres con sus hijos, a veces venía un hombre y tejía, y otros mayores que venían y se acercaban para revelar que se dedicaban a eso desde chicos y en la más íntima privacidad”, explica Horacio Pron, uno de los impulsores de este grupo, y continúa, “muchos se acercan y me dicen que lo hacían cuando eran chicos, ya que no solo se trata de agarrar una lana o hilo, es muy terapéutico y también tiene mucho de lógica porque se deben calcular puntos, formas y moldes, es por eso que también se utilizan los dos hemisferios cerebrales porque estimula la creatividad”.

Horacio, comenzó a darle rienda suelta a su creatividad desde muy pequeño, a la edad de 6 años, recibiendo la enseñanza de su abuela y uniendo punto por punto en un telar azteca diseñado por su abuelo, siendo este elemento el que lo acompaña en la actualidad.

La pasión que este movimiento tiene por la actividad del tejido, se complementa con el objetivo de resignificar el sentido de la masculinidad hacia una mirada más amable, sensible y tierna.

“Por suerte ahora se están derribando muchos prejuicios, los niños ya tienen otra forma de pensar. Nosotros tratamos de enseñarles a las nuevas generaciones para poder dejar una cultura del tejido”.

Además, tomando una dimensión solidaria, sus creaciones de mantas tejidas y de polar muchas veces son donadas a hospitales, maternidades y hogares de Rosario y alrededores, “La idea es ayudar a la mayor cantidad de gente que podamos”, expresan desde Tejedores Rosarinos.

Los tejedores rosarinos extienden su invitación a toda persona que quiera sumarse a tejer, sin distinción de género ni saber tejer como requisito, solo con la firme convicción de establecer un lugar de encuentro para unir y compartir en comunidad.

Podés encontrarlos, además de tejiendo en la plaza, en su Facebook e Instagram.

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