El primer estudio de artes escénicas orientado al Drag se encuentra en el corazón de Buenos Aires, a pocas cuadras de Plaza de Mayo. Fue creado en el año 2017 por Liborio Pablo Luculano y se pueden tomar diversos talleres de maquillaje, vestuario, accesorios, teatro y danza.
Drag-ichka define al Drag como una forma de arte de flexión de género en la que una persona se viste con ropa y maquillaje para enfatizar una identidad de género particular, una mezcla de identidades o una personalidad ficticia creativa.
También plantea que es una forma de arte multidisciplinaria, ya que involucra el vestuario, el maquillaje, el cabello, a menudo los componentes de baile y canto, mucha actuación y, por supuesto, mucha diversión.
Otra peculiaridad es que todo, casi siempre, lo hace una sola persona, asemejándose a los esfuerzos de aquellos polifacéticos artistas del renacimiento, que supieron moverse en varias artes diferentes en cualquier momento. Esta forma de arte ha existido durante algunos siglos y recientemente ha visto un gran resurgimiento junto a la comunidad LGBTIQ+, yendo hacia la popularidad general.
La escuela
El director le cuenta a El Destape sobre los inicios del proyecto: “En una etapa de mi vida decidí transitar el arte drag no solamente en el escenario sino también compartiéndolo. Me había cansado de la noche y de estar en teatros, y quería hacerlo de otra forma. Se despertó en mí esta inquietud y así fue que creé la Escuela Drag”.
De esta manera, con ayuda de conocidos/as y maestros/as, empezó a materializarse ese sueño que no estaba en sus planes pero que despertó en él una gran pasión. Entre los cimientos de la institución se encuentran la aceptación personal y la eliminación de la censura, por lo que la formación y la estructura de la escuela no son los tradicionales, sino que responden a los procesos individuales.
“Acá nosotros los profesores acompañamos al alumno dándole técnicas para que pueda desarrollarse como tal. Y algunos lo hacen en dos meses, otros en tres o cuatro años, otros tardan un año para dibujarse una ceja o hacerse un delineado. Eso no nos importa a nosotros, lo que importa es que este sea un lugar seguro donde uno pueda desarrollar el arte o encontrarse a sí mismo”, sostiene Liborio.
La celebración simboliza el momento en el que inicia la temporada de lluvias o el fin de la época seca, y expresa el agradecimiento a la fertilidad de la tierra, la cosecha y las buenas condiciones climáticas. La tradición dicta que hay que tomarlo el primer día del mes de agosto, pero quienes por algún motivo u otro no lleguen a hacerlo, tienen la oportunidad de tomar el brebaje hasta el día 15 del mismo mes.
Arte y educación como espacios políticos
La sociedad avanza a pasos agigantados en términos de inclusión y diversidad, pero los prejuicios, la discriminación y la violencia conviven con los derechos ganados.
“Salir todo montado en una sociedad que no está tan preparada es un riesgo grande, porque hay algunas personas que te miran y dicen: ‘Wow, qué lindo que te maquillás’, pero también está la otra parte de la sociedad que te ataca”, cuenta Javo.is.Rouss, ex alumno y actual docente de la escuela.
La Escuela Drag es un espacio de encuentro en el que se reivindica la libertad de ser quien cada uno/a es. En la misma se aprende más que las disciplinas, también es un lugar de autodescubrimiento, de amor propio y de valorización del arte.