El Gobierno brasilero propuso en la reunión de ministro de Economía y presidentes de bancos centrales del G20 un impuesto dirigido a reducir las desigualdades.
El Gobierno brasilero, conducido por Luiz Inácio Lula da Silva, dirige las riendas del G20 hasta finales de este año. En vistas a expandir su alcance internacional, comienza a buscar intervenir en distintos asuntos de primer orden, teniendo como prioridad aquellas relacionadas al combate contra la pobreza desde la visión de las principales economías mundiales. En este sentido, trata sobre las reformas de gobernanza, fiscalidad global y la lucha contra el cambio climático.
Una de las propuestas que se destacó en la reunión de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales del G20 en Sao Paulo, fue la impulsada por el ministro brasilero, Fernando Haddad, y es la creación del impuesto mínimo global para los superricos, de manera que estos aumenten la tributación sobre sus bienes y herencias. Esta tributación mínima global podría constituir el tercer pilar de la cooperación impositiva internacional, según aseguró Haddad.
“Reconociendo los avances obtenidos en la última década, necesitamos admitir que precisamos hacer que los billonarios del mundo paguen su justa contribución de impuestos”, señaló el ministro de Economía brasilero, y continuó, “necesitamos crear incentivos para que los flujos internacionales de capital se dirijan eficientemente hacia las mejores oportunidades, ya no definidas en términos de rentabilidad inmediata, sino según criterios sociales y ambientales”.
De acuerdo a un estudio que se realizó en el mes de octubre por el Observatorio Fiscal de la Unión Europea, un impuesto mínimo global a las y los multimillonarios llegaría a recaudar 250.000 millones de dólares al año, lo que equivale a 2% de los casi 13 billones de dólares de riqueza en poder de 2.700 multimillonarios/as en todo el mundo.
“Actualmente, los más ricos pueden evitar pagar el mismo nivel de impuestos que otras personas menos ricas. Queremos evitar esa optimización fiscal”, detalló el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire. El acuerdo de 2021, que implicaba la aplicación de un impuesto de sociedades de al menos el 15% a partir de este año para disuadir a los grupos multinacionales de buscar los países con los impuestos más bajos.
“El legado de la última ola de globalización produjo un aumento sustancial de las desigualdades de renta y riqueza en varios países. Hemos llegado a una situación insostenible en la que el 1% más rico posee el 43% de los activos financieros del mundo, y emiten la misma cantidad de carbono que los dos tercios más pobres de la humanidad”, concluyó el funcionario brasilero con respecto a los aspectos centrales de la globalización.
