Según datos de UNICEF, 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 13 niños sufren o sufrieron abuso sexual.
A partir del año 2000, la Cumbre Mundial de la Mujer determinó que cada 19 de noviembre sea conmemorado el Día Mundial para la prevención del Abuso Sexual Infantil, el cual resulta una de las formas más graves de violencia hacia niños y niñas. En su gran mayoría, ocurre en el ámbito familiar y cotidiano, y es perpetrado por personas que tienen confianza con las víctimas.
Según datos de UNICEF, 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 13 niños sufren o sufrieron abuso sexual antes de llegar a la mayoría de edad. De este porcentaje, sólo es denunciado un 10% y de cada mil denuncias sólo una llega a tener sentencia firme. Los atacantes son en un 75% personas del círculo cercano a la familia y más del 50% de las agresiones son cometidas en los hogares de las víctimas.
En nuestro país, según los datos relevados en el Programa Nacional Las Víctimas Contra Las Violencias, a lo largo del período 2020-2021, de la totalidad de víctimas registradas por violencia sexual (5.566) un 58% fueron niños, niñas y adolescentes (3.219).
Luego de la modificación del artículo 72 del Código Penal, el abuso constituye un delito de acción pública, permitiendo que más casos lleguen a la Justicia, considerando que el 75% de los/as abusadores/as suele ser un familiar directo o una persona de confianza del círculo familiar de la víctima.
La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, se pronunció sobre la prevención y concientización de esta forma de violencia:
Derecho a ser oído (art. 12)
➜ Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.
➜ Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.
La Educación Sexual Integral (ESI), es una de las principales herramientas de prevención contra el Abuso Sexual Infantil. Con la ESI, los niños y niñas pueden trabajar junto a sus familias, docentes y referentes comunitarios para emprender formar de cuidado del cuerpo, como así también sus lazos afectivos y su sexualidad.
Los chicos y las chicas suelen expresarse a través de diferentes variables del lenguaje que, ante los ojos de especialistas, pueden captar su expresión y comprender de la mejor manera para responder mediante acciones que protejan su bienestar.
También es necesario construir espacios de reflexión y debates abiertos a la comunidad para favorecer la prevención y el despliegue de prácticas positivas que incluyan a toda la sociedad.